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Cardenal Cañizares: “No tengáis miedo a dar testimonio de Dios porque es la hora de la fe, la confianza y la esperanza”

Cardenal Cañizares: “No tengáis miedo a dar testimonio de Dios porque es la hora de la fe, la confianza y la esperanza”
  • En la misa de acción de gracias celebrada en la Catedral en el 50 aniversario de su ordenación sacerdotal

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Cardenal Cañizares: “No tengáis miedo a dar testimonio de Dios porque es la hora de la fe, la confianza y la esperanza” - (foto 2)
Cardenal Cañizares: “No tengáis miedo a dar testimonio de Dios porque es la hora de la fe, la confianza y la esperanza” - (foto 3)

El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha invitado hoy a la Archidiócesis a “no tener miedo y dar testimonio de Dios” porque “es la hora de la fe, la confianza y la esperanza, del anuncio del Evangelio y la defensa del hombre, la libertad religiosa y los derechos humanos fundamentales” y ha pedido “como regalo en este 50 aniversario de mi ordenación sacerdotal”, y recordando a San Juan Pablo II”, que todos “abramos de par en par las puertas a Cristo”.

Igualmente, al finalizar la misa de acción de gracias, celebrada hoy en la Catedral, el obispo auxiliar de Valencia monseñor Javier Salinas ha felicitado al Arzobispo “en nombre de toda la Iglesia diocesana aquí representada” y ha destacado que “el Señor en cada momento pone a aquellas personas que pueden realmente acompañarnos”, en referencia al Cardenal Cañizares, quien ha recibido una fuerte ovación por parte de todos los presentes.

“No vivimos tiempos fáciles pero, sin embargo, nuestra fe es más fuerte, no tenemos que tener miedo de vivirla, siempre con respeto a los demás pero sin renunciar nunca a aquella verdad que surge del Evangelio”, ha señalado Salinas, quien ha añadido: “Don Antonio, llevamos muchos años caminando juntos, en distintas situaciones pero siempre unidos, y siempre en esta tarea fundamental que ha constituido un eje y un impulso de su misión: el anuncio del Dios vivo porque únicamente ahí está su fuente, volver al Evangelio para desde ahí ir al encuentro de los hombres”.

“Todo lo que tengo y soy es don y gracia de Dios”

El Arzobispo de Valencia ha asegurado que “todo lo que tengo y soy es don y gracia de Dios, ha hecho que llegaran infinidad de personas que han dejado huellas de amor de Dios en mi vida. Si alguna cosa buena hay en mi persona y mi vida, y creo que son muchas, es obra de Dios. Lo único que hay mío son mis errores, faltas y pecados, y por ello pido perdón humildemente al Señor, a la Iglesia y a cuantos he dañado”.

En este 50 aniversario, el Cardenal ha destacado la figura de monseñor José María Lahiguera, Arzobispo de Valencia que le ordenó sacerdote el 21 de junio de 1970 en Sinarcas, hoy en proceso de beatificación, y ha deseado “verle pronto en los altares”, así como la de Santo Tomás de Villanueva, “mi gran maestro, sobre quien hice la tesis, y nunca pensé que iba a ser seguidor suyo en la sede de Valencia, embarcada ahora en caminos de renovación para ser una Iglesia evangelizada y evangelizadora, como queremos conseguir con nuestro Sínodo”.

Del mismo modo, ha deseado “que Cristo sea nuestra vida, esperanza y consuelo” y, dirigiéndose a toda la Archidiócesis, ha agradecido “vuestro amor y afecto, vuestra amistad, cariño y compañía, vuestra comprensión y cercanía, vuestro perdón y oración, seguid rezando por mí, como rezo por vosotros, a quienes quiero de verdad, os deseo lo mejor como padre, hermano y pastor vuestro, y le pido a la Virgen que me ayude a ser sacerdote y pastor conforme al corazón de Dios”.

Ser “Iglesia en salida” y mostrar “la luz del Evangelio y el amor de Dios”

El Arzobispo ha reiterado su petición “tenemos que ser valientes, abrir las puertas a Cristo, las familias, el mundo del trabajo, los jóvenes tan necesitados de Él, no tengamos miedo a acoger y recibir a Cristo” y ha recordado el mensaje “que el Papa Francisco repetidamente nos dice, ser Iglesia en salida. No tengamos miedo a nada, ni a los poderes dominantes. Nos lo han dicho los mártires, desde los primeros hasta los de hoy, en Egipto, Siria y Pakistán, Nigeria y Nicaragua, y también en Occidente, porque hay persecución religiosa”.

“Son tiempos difíciles y es la hora del testimonio de Dios, de la defensa del hombre, del Evangelio de la vida y de la familia, de la libertad religiosa y los derechos humanos fundamentales, del pobre, del inmigrante, de los que están siendo maltratados, como ocurre en Venezuela”, ha recalcado, y ha reiterado: “Es la hora de la fe, la confianza y la esperanza, del anuncio del Evangelio, Dios está siempre con nosotros. No calléis ni ocultéis la luz del Evangelio, el amor de Dios, su perdón y misericordia”.

En la misma línea, ha precisado “si no damos testimonio de Dios con nuestras obras y palabras, Él no se pondrá de nuestra parte, lo hemos escuchado en el Evangelio, unas palabras que en el 50 aniversario de mi ordenación sacerdotal me llegan al fondo del alma”, ha reconocido.

“A lo largo de toda mi vida Dios siempre quiso que fuera sacerdote”

El titular de la Archidiócesis ha explicado que “desde mi más tierna infancia y a lo largo de toda mi vida Dios siempre quiso que fuera sacerdote, me eligió y me llamó muy pronto y me rodeó de personas que lo hicieron posible y me cuidaron, sobre todo mis padres, hermanos, sobrinos y familiares directos, además de sacerdotes y condiscípulos de Valencia, Segorbe, Salamanca, Madrid...” y ha recordado con cariño “a mi pueblo de adopción, Sinarcas, al que quiero muchísimo junto con mi pueblo natal, Utiel”.

“Han transcurrido 50 años como sacerdote y no tengo más que palabras de agradecimiento inmenso a Dios porque Él me ha llevado y conducido hasta hoy y me ha acompañado en las parroquias en las que he servido y en las diócesis en las que he estado como Obispo, desde Ávila hasta Valencia, de todos guardo un recuerdo gratísimo, de sus gentes y amistades”, ha dicho en la misa de acción de gracias concelebrada por el obispo auxiliar de Valencia monseñor Javier Salinas, el vicario general de la Archidiócesis, Vicente Fontestad, y el Cabildo Catedralicio.

Además, el Cardenal ha agradecido especialmente “la ayuda de tantas monjas de clausura, que tantísimo han hecho por mí, a las que quiero y debo tanto y me siento tan próximo a ellas, y también al Seminario de Valencia, y a tantos y tantos sin los cuales no sería lo que soy”.

“No quiero otra cosa que vivir en Dios y anunciar a Cristo y animar a todos a que se abran a Él y lo sigan porque solo Él tiene palabras de vida eterna y es lo que quiero para todos, sin excepción, singularmente para los míos que sois vosotros, la diócesis de Valencia”, ha concluido.

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