Bendicen una imagen de San Peregrín “para incentivar una respuesta de fe también ante la pandemia”
En la parroquia Santa María del Mar de Valencia
La parroquia de Santa María del Mar del Grao de Valencia bendijo ayer sábado una nueva imagen del fraile servita San Peregrín Laziosi, tradicionalmente considerado intercesor ante las causas del cáncer, para incentivar en la parroquia y en el barrio “una respuesta de fe ante la pandemia y en general, ante la enfermedad”, ha señalado Benito Román, Presidente de la Hermandad del Cristo del Grao de la parroquia.
La iniciativa, que parte del párroco José Vicente Calza, ha sido apoyada por la Hermandad del Cristo del Grao y la bendición tuvo lugar ayer durante la eucaristía que la Hermandad celebra en honor al Cristo del Grao el primer sábado de cada mes en la Capilla de la Comunión.
Benito Román ha señalado que “en los tiempos que corren, con la pandemia y la preocupación por la salud, esta imagen favorecerá que la gente pueda venir a rezar al santo por sí mismo o por los seres queridos”, más cuando “el cáncer es una realidad que aparece en casi todas las familias y en estas situaciones, la fe es muy importante”.
La imagen se venera ya en una de las capillas del templo, junto a la Virgen del Rosario y al Cristo de la Palma. Realizada por Artemartínez en Horche, Guadalajara, representa a San Peregrín a tamaño natural, con una pierna vendada.
Esta nueva imagen, ha considerado Benito Román, “es el principio de una devoción en la parroquia” que demuestra que “cuando te acoges a la fe en los momentos difíciles, como hizo san Peregrín, funciona, y a veces los milagros ocurren”.
San Peregrino Laziosi
San Peregrino Laziosi (1265-1345) fue un fraile servita nacido en Forli (Italia). En su juventud se adhirió a una fuerte postura anticatólica e incluso durante una revuelta agredió a san Felipe Benicio, enviado por el Papa a la población. Sin embargo, arrepentido ante la actitud de san Felipe, se convirtió e ingresó en la orden de los Siervos de María.
Cuenta la tradición que, como muestra de penitencia, San Peregrino eligió estar siempre de pie y no sentarse más que cuando fuera necesario. Al cabo de treinta años, desarrolló una gangrena en una pierna, para la que se le preparó la amputación. Sin embargo, la noche anterior la pasó en oración y cuando despertó, todas sus heridas estaban curadas. Fue canonizado por el papa Benedicto XIII en el año 1726. Por su curación milagrosa, es considerado intercesor para las enfermedades de cáncer.
