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Rafael Guastavino: el arquitecto valenciano que triunfó en Nueva York con sus “bóvedas antiincendios”

Rafael Guastavino: el arquitecto valenciano que triunfó en Nueva York con sus “bóvedas antiincendios”
  • Un hilo de twitter recorre la fascinante historia de este valenciano que triunfó en Estados Unidos

¿Sabías que un valenciano construyó una de las estaciones de metro más famosas de Nueva York? Se trata de Rafael Guastavino, un famoso arquitecto cuyo sistema de construcción basado en la utilización del arco de baldosas fue incluso patentado. 

A través del tuitero Pedro Torrijos (@Pedro_Torrijos) nos podemos adentrar en la fascinante historia de este hombre al que Valencia le rinde homenaje con una estatua en su honor que se puede visitar en la plaza de la Reina

El hilo de twitter comienza recordando que "en 1881, un valenciano perseguido por la justicia desembarcó en Manhattan" y "35 años después era un símbolo de la arquitectura de Nueva York, gracias a algo casi inverosímil: construir a prueba de incendios". 

Al parecer, según señala Torrijos, Guastavino llegó con una importante suma de dinero a la ciudad "lo malo es que la procedencia de ese dinero era, por decirlo suavemente, dudosa: 40.000 dólares sacados de una complicada estafa con pagarés y que, una vez conocida su participación en la misma, le impedía volver a poner un pie en España", por lo tanto, "llegaba a Nueva York para siempre". 

El valenciano tenía un gran talento: "la construcción con bóveda tabicada de ladrillo". Algo que patentó como "el "Tile Arch System" sistema de arco de tabicón". Este sistema rápidamente fue conocido como "Sistema Guastavino” o “Baldosa Guastavino” y "mucha gente quiso construir con ese método porque presentaba tres ventajas notables respecto a los forjados de madera e incluso a los novedosos métodos estructurales de acero...", entre ellos, su rápida ejecución o su comportamiento antiincendios al ser de material cerámico. 

Bajo esta última premisa "el constructor fundó la Guastavino Fireproof Construction Company y vendió su sistema así: construcción a prueba de fuego". 

Pedro Torrijos subraya que "en las siguientes dos décadas, Guastavino llenó de bóvedas catalanas decenas de edificios representativos por toda la costa este y el centro del país. En Chicago, en Boston, en Filadelfia, en Washington. Bibliotecas, iglesias, parlamentos, museos...y, por supuesto, en Nueva York". 

En la Gran Manzana, relata el tuitero "en solitario o ya junto a su hijo Rafael Guastavino Jr., construyó decenas de bóvedas. En la Grand Central Terminal, en el puente de Queensboro, en la Catedral de San Juan el Divino...". 

Una afamada forma de construir que "en 1900, los arquitectos Heins & LaFarge contrataron a Guastavino para construir en la City Hall Station, la primera estación de metro de Nueva York. Y él diseñó un elegantísimo túnel el que sus bóvedas avanzaban por el espacio como los pasos de un bailarín". 

"El 31 de diciembre de 1945, los trenes pararon en City Hall station por última vez y desde entonces ha permanecido sin uso". "En 2004, justo cien años después de su inauguración, la estación de bóvedas catalanas que diseñó un valenciano mujeriego y cabeza loca fue inscrita en el Registro Nacional de Lugares Históricos, otorgándole así la máxima protección patrimonial de los Estados Unidos" sin embargo, "es famosísima pero aún sigue oculta. En el acceso exterior se puede ver el pórtico de tesela blanca vitrificada, también bellísimo y también de Guastavino, pero el interior apenas se puede visitar, salvo en las ocasionales rutas guiadas que organiza el New York Transit Museum". 

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