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Vídeo | El incendio de Venta del Moro a vista de pájaro

Vídeo | El incendio de Venta del Moro a vista de pájaro
  • Un dron ha recorrido el paisaje quemado

Un mes después del incendio que arrasó parte del término municipal de Venta del Moro afectando al parque natural de las Hoces del Cabriel, un dron ha recorrido el paisaje para comprobar el estado de un paisaje calcinado.

El vídeo es parte de un estudio del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM) donde se indaga en el impacto del fuego sobre los 1.444 hectáreas que se vieron afectadas.

De ellos, según se indica en el informe, la mayoría es zona forestal y 122 hectáreas son agrícolas, con especial afección a cultivos de vid, almendro, olivo y cereal.

Además, un 85% del terreno quemado corresponde al Parque Natural Hoces del Cabriel, con un total de 1.131 ha quemadas, lo que supone un 3% de la superficie del parque. Además, 974 de esas hectáreas han afectado a la zona núcleo de la Reserva de la Biosfera Valle del Cabriel.

En cuanto a la propiedad del suelo, el incendio ha afectado a propiedad privada en un 54%, especialmente a grandes fincas agrícolas y cinegéticas, y el 46% restante de titularidad pública, mayoritariamente el Monte público Puntal de los Caracoles.

Área quemada
Área quemada
 

El mayor incendio desde que hay registros

Este incendio ha sido el mayor desde que se tienen registros en el 1978. En la década de los años ochenta ya se registraron varios, el mayor de ellos en 1985, afectando a 608 ha. En los últimos 25 años, en el entorno de la zona quemada se han registrado 32 incendios, aunque la mayoría han sido conatos que no han pasado de una hectárea.

En este caso, el incendio ha sido causado por un rayo, cosa que no es de extrañar, puesto que el 69% de los incendios registrados desde 1993 en esta zona tienen su origen en rayos. De hecho, este área tiene una de las mayores probabilidades de ignición por rayo de toda la Comunitat Valenciana.


En principio, según se desprende del informe, la zona podría regenerarse con el paso de los años si no se dan lluvias torrenciales, una situación que generaría una gran erosión y arrastraría la tierra monte abajo, especialmente en las zonas con más pendiente.

Sin embargo, según se explica, otros fenómenos dan pie al optimismo. La caída de pinocha ayudará a proteger el suelo y las piñas caídas sobre el suelo quemado se han abierto, por lo que los piñones podrían brotar en un nuevo bosque. Eso sí, con el lento paso de los años.


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