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UN ENCUENTRO CON

Recorre las fallas de Valencia con los ruteros falleros

Dani García a la izquierda e Ildefonso Blanco a la derecha
Dani García a la izquierda e Ildefonso Blanco a la derecha
  • Los monumentos falleros censados en Junta Central Fallera reciben una visita desde hace años de un grupo de intrépidos apasionados de las fiestas josefinas

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Los ruteros falleros en las fallas de Elda
Los ruteros falleros en las fallas de Elda
Ildefonso y Dani en una de sus rutas falleras
Dani García en una de sus primeras rutas falleras

Todo el mundo conoce las Fallas, a los falleros fervorosos de las comisiones falleras y las falleras que lloran al entregar su ramo en la Ofrenda de Flores a la Mare de Déu, pero muy pocos conocen a los ruteros falleros. ¿Quién son? Pues bien, son aquellas personas que desde el día uno que las fallas están plantadas en las calles comienzan su ruta para ver e inmortalizar con su cámara fotográfica los 392 monumentos falleros censados por la Junta Local Fallera.

Ildefonso Blanco, Ethan Daniel Díaz, Giacomo Rovini y Dani García son ruteros que se han puesto este año calzado cómodo y, este año la mascarilla, y si todo sale como lo esperado completarán la visita a todas las fallas censadas en JCF, ya que ilusión y ganas no les falta, después de casi un año y medio esperando este ansiado momento. También, otros amantes de las fallas y sus monumentos se unen a ellos en algunos tramos del recorrido. Uno de los ruteros falleros, Dani García cuenta cómo surge esta experiencia fallera, en qué consiste y las gratificaciones y dificultades que se encuentra en este camino.

No es la primera vez que realizas la ruta fallera, ¿cómo surgió esta idea?

La Ruta Fallera es un proyecto que surge en 2011, cuando coincidió que fue mi primer año no fallero de comisión con un momento personal complicado. Tuve que recurrir a un sueño de pequeño, cuando veía las revistas falleras y la curiosidad que entonces me generaba de no poder ver las fallas salvo por bocetos y no tener fotografías de esos proyectos. Se me planteó la posibilidad de ir en busca de destinos que antes no tuve ocasión de ir, y como dispondría de tiempo para hacerlo, me animé a organizar esta especie de aventura. Lo primero y quizá la clave de todo esto fue encontrar las ubicaciones, cosa que no fue nada fácil, y una vez logrado situar los puntos exactos donde se planta cada falla, ya fue ir trazando trayectos que simplificaran el espacio y el tiempo. Así hasta llegar 2012, donde me quedé en 330 fallas visitadas y no fue hasta conocer otro amigo, Ildefonso Blanco, quien empezó también a hacer su propio reto, que lo pude completar.

¿Cómo afrontas este reto fallero? ¿Qué es lo que te apasiona de realizarlo?

Apasionan muchas cosas, en lo personal es muy gratificante ver que eres capaz de superar obstáculos, que recoges un material fotográfico que es tuyo con un gran valor, sobre todo con el paso del tiempo. Sientes que eres testigo de muchos trabajos que por parte de la mayoría de falleros no es muy visible, ya que todo se reduce a proyectos de especial o 1A. Apasiona ver como descubres artistas que están empezando y que plantan en lugares poco conocidos, pero que se van labrando un camino. Apasiona también que gracias a hacer algo que te gusta, conoces gente maravillosa con la que compartir esta afición, algo que durante mucho tiempo no has podido hacer. También apasiona que a través de las fallas, uno conoce y se enamora más de Valencia, de sus calles y barrios.

¿Cómo organizas el recorrido?

Organizo el recorrido con bastante antelación y siempre es mejor hacerlo poco después de terminar una ruta porque tienes más recientes los problemas que te hayan podido surgir en el camino (cortes de mascletà, mala iluminación o cambios de ubicación, por ejemplo). Aunque después de ocho ocasiones, los trayectos ya están prácticamente perfilados, salvo alguna modificación que puedas meter para perfeccionar la ruta. Las zonas ya las tengo definidas para que salga todo más rápido, aunque como te he comentado, siempre se realiza alguna modificación. El primer día suelo abarcar parte del centro, mitad oeste de la ciudad (Arrancapins, Jesus, Patraix, Cruz Cubierta, Botànic, Extramurs, Mislata, Fuensanta, Tres Forques, San Isidro y Quart de Poblet). El segundo toca Eixample, Russafa, Quatre Carreres, Camins al Grau, Algiròs y Zaidia). El tercero lo comparto con Ildefonso Blanco, es un tramo que obliga usar coche, se visitan todas las pedanías y acabamos en el Grau, donde cada uno sigue con su camino, yo continuo por los poblados marítimos, Benimaclet y Rascanya. El último día queda El Carmen, Campanar, Marxalenes, Benicalap, Beniferri, Benimàmet y acabo en Burjassot. Los barrios muchas veces se mezclan, pero más o menos sirve de orientación.

¿Se realiza a pie o andando?

Andando excepto el tramo de pedanías, aquí es obvio ya que si tuvieras que coger el bus para ir a todas, perderías un tiempo muy valioso, en coche puedes verlas todas en menos de seis horas, incluyendo Xirivella, además Ildefonso se maneja a la perfección por cada sitio y eso ayuda una barbaridad. El resto se hace andando, excepto algún viaje que hay que coger metro para llegar como en Quart de Poblet o Benimàmet-Burjassot.

Además de la ruta fallera que realizas por las fallas censadas en la Junta Central Fallera, ¿realizas otras en las localidades que también celebran esta festividad?

En marzo no, en las que caen en sí (Turís, Montserrat, Montroi, Alcàsser) y luego las Hogueras de Alicante, Sant Vicent del Raspeig y las fallas de Elda que solían ser en septiembre

¿Qué es lo imprescindible para hacer una ruta?

Motivación, sin eso es imposible. Cuando uno hace la ruta y ve que los pies le piden parar, enseguida se pregunta si vale la pena seguir. Cuando llegar a las cinco de la tarde a casa del 19 de marzo, ves que todo el mundo se lo ha pasado bomba, pero que tú estás que no puedes ni dar pasos por casa, te lo vuelves a preguntar. Pero al día siguiente, una vez has recuperado fuerzas, lo piensas y dices si, volveré a hacerla. Si ya entramos en un ámbito más técnico, lo que hace falta es estar preparado para andar, entrenar durante el año, mantenerte bien físicamente, hacer paseos largos que sirvan para tener los pies habituados, la mente en buen estado y tener un dominio de la ciudad, siempre es mejor conocerla que transitar por lugares que no dominas. Luego llevar planos o itinerarios con todas las fallas por si las moscas, para no dejarse ninguna que puede pasar a veces por el subconsciente. Llevar una botellita de agua siempre encima y gorra si hay previsión de sol, eso ya cada persona decide para hacer su camino más cómodo.

¿Qué es lo más difícil de realizar de la ruta fallera?

Te diría que lo más difícil es sortear obstáculos que no dependen de uno mismo. El ejemplo más claro es cuando llegas a una falla y te han cortado la calle por la mascletà y no te dejan acercarte. O que te pongan una infantil encarada a la grande y no puedes entrar a verla en condiciones o con vallados imposibles de sortear o la clásica “pantalla de estandartes” que te cubren una falla entera. Son cosas que no dependen de ti y te desmoralizan. Sobre lo que depende de uno mismo, es una lucha entre la mente y los pies, cuando llevas más de seis horas andando y el sol aprieta, debes encontrar la manera de seguir adelante y no pensar en todo lo que te queda aún, sino en lo bueno que aún te vas a encontrar, eso es todo ejercicio psicológico.

Como ya la has hecho varios años, ¿el grupo que realiza la ruta es conocido en las comisiones falleras? ¿Cómo os tratan?

No creo que seamos muy conocidos ninguno de los que hacemos esto porque hay una realidad un poco triste, que el monumento tampoco interesa a tanta gente como nos gustaría, y de hecho la mayoría de falleros o falleras no conocen ni el nombre de sus artistas, por tanto, a nosotros que nos encargamos de hacer difusión de las fallas, tampoco nos tienen reconocidos. No es nuestro objetivo tampoco, es mejor ir a lo nuestro, aunque es verdad que cada vez conocemos más personas que se interesan por lo que hacemose incluso nos esperan, nos dan facilidades, no ofrecen cualquier cosa que necesitemos y es algo que emociona. Pero ya te digo, es algo puntual de algunos destinos donde hay verdaderos “adictos” a las fallas.

Debido a la situación covid, ¿la ruta se puede ver afectada o transcurrir de manera diferente?

Seguramente influirá, el cambio de marzo a septiembre ya implica cambios de climatología, aunque es cierto que ya en Alicante, Sant Vicent del Raspeig o Elda, que hacían sus fiestas de Fogueres o Fallas en verano, nos ponían a prueba del calor, pero esto va a ser un “máster” en ruta a altas temperaturas. Luego con el asunto de los protocolos, el toque de queda no va a afectar, quizá en algunas cosas hasta podamos salir ganando por no tener que sortear verbenas, pasacalles, mascletás. Mientras que la masificación de gente, es algo que ya tratamos de evitar siempre, y fuera del centro no suele haber problema en ese sentido. Eso sí, siempre iremos con la mascarilla y tratando de llevar la precaución necesaria, las fallas hay que disfrutarlas como se pueda pero sin perder la idea de que seguimos inmersos en una pandemia y que después la vida debe continuar.

¿Qué consejos les darías a los amantes de las fallas para que se animarán a hacer la ruta fallera?

Que no hay nada más bonito que perderse por la ciudad y descubrir fallas que no sabías ni que existían en lugares preciosos. Hacer una ruta es muy flexible, las fallas están por toda la ciudad y municipios de alrededor, te las vas encontrando hasta sin buscarlas vayas donde vayas. Les animamos a que se paren un par de minutos en cada sitio, que den una vuelta por los barrios y vean el trabajo de nuestros y nuestras artistas, todo lo que lleva detrás cada falla merece la pena ese parón. No todo lo que envuelve las fallas mide 14 metros y cuesta 100.000 euros y, sobre todo, en fallas infantiles se está viviendo un momento dorado que hay que disfrutar. Todos y todas deberían hacer su particular ruta, aunque sea una hora, si en cuatro días hay tiempo para todo, y más en estas fallas de septiembre sin fiestas, que menos que darle valor al monumento, es arte valenciano y somos una comunidad privilegiada de poder tener una fiesta tan abierta, tan espontánea, tan divertida y a la vez, tan cultural. Y con una Ruta Fallera, uno se enamora aún más de todo esto.

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