Un primer análisis muestra que las aguas de Corbí están libres de contaminación y vuelven a ser aptas para el consumo humano

Los primeros análisis para recuperar las aguas de Corbí dan muy buenas esperanzas a la Font de la Figuera. Después de 15 años es la primera vez que unos primeros análisis confirman que las aguas no presentan materias pesadas y, por lo tanto, están libres de contaminación.

Ahora, el Ayuntamiento está a la espera de que Sanidad de el visto bueno y ratifique estos resultados. Estas aguas fueron contaminadas con barro de la depuradora, quedando inutilizadas por el consumo humano.

El agua de Corbí iba a parar al depósito de Blasco Ibáñez, suministrando a  alrededor de 400 personas del municipio incluso en época de sequía. Por eso, el Ayuntamiento continúa trabajando para la recuperación de este recurso que ha dado de beber a más de medio pueblo durante muchos años.

La concejala de Ciclo Integral del agua, Carmen Asensi, ha destacado que poder volver a utilizar estas aguas “nos da un poco de tranquilidad, puesto que sufrimos por falta de agua año tras año a causa de las pocas precipitaciones”.