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Alberic exige al Gobierno central más agentes de la Guardia Civil para combatir la okupación

Alberic exige al Gobierno central más agentes de la Guardia Civil para combatir la okupación

    El alcalde de Alberic, Toño Carratalá, denuncia por enésima vez la falta de efectivos de la Guardia Civil para hacer frente a la okupación de casas en el casco urbano y en algunas de sus urbanizaciones, caso de Monte Júcar.

    El primer edil adujo que los agentes de la Benemérita ahora disponibles son insuficientes para combatir un acto que crea gran malestar entre los vecinos y vecinas, que se sienten impotentes e inseguros ante la ocupación de unas viviendas en ocasiones de gran valor en el mercado inmobiliario.

    Según denuncia Carratalá: “No hay derecho. Simplemente no hay derecho. Lo venimos denunciando durante mucho tiempo y ahora con la crisis del Coronavirus la situación se ha agravado, por lo que entiendo el malestar de los vecinos. En el ayuntamiento nos sentimos frustrados porque es un problema legislativo y judicial que a nosotros nos viene dado y porque es competencia de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. La ley es demasiado laxa y ralentiza que se pueda deshabitar una vivienda que ha sido okupada. Pasan meses y la impotencia de todos (también la del equipo de gobierno local) crece. Lo que no puede ser es que en Alberic y los pueblos de la demarcación (Massalavés, Tous y Benimuslem, que comprenden entre 15.000 y 20.000 habitantes) haya disponibles en un día normal menos agentes de la Guardia Civil de los que custodian la casa del vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias. Es un problema que afecta a todos los cuarteles de la Guardia Civil y que también provoca que la seguridad en el término agrícola deje mucho que desear, provocando las protestas justificadas de los agricultores. La ciudadanía necesita sentirse segura y eso pasa por fortalecer el número de agentes en la calle, que también se sienten impotentes”.

    Los vecinos de Monte Júcar se manifestaron esta semana contra las okupaciones en la urbanización y denunciaron el aumento de los robos desde que los okupas llegaron aprovechando la falta de control por la crisis de la pandemia del Covid-19.

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