Jesús Nuñez: «La guerra de Siria está desgraciadamente ganada pero inacabada»
El codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), Jesús Nuñez ha analizado la situación del conflicto armado en Siria en el marco de la jornada «Los retos de la acción humanitaria en el siglo XXI. La experiencia de las organizaciones en el conflicto de Siria», organizada ACNUR y Cruz Roja con la colaboración de la Cátedra UNESCO de Filosofía para la Paz de la Universitat Jaume I y Unicef.
Nuñez ha afirmado que «la Guerra de Siria está desgraciadamente ganada en la medida en que el tiempo corre de forma irreversible en favor del régimen de Bashar al-Ásad, un régimen genocida, represivo y dictatorial, pero inacabada en el sentido de que quedan muchos rebeldes de un tipo y de otro y, por tanto, queda mucha violencia y tragedia por delante y va a haber todavía más perdedores en esa violencia».
Así, ha explicado cómo se ha llegado a esta situación en Siria, que se originó por causas estructurales como el autoritarismo, la falta de atención a las necesidades básicas o la violación de los derechos humanos, unas causas que alimentaban la inestabilidad y que se controlaban de forma represiva. «Cuando la ciudadanía se manifiesta pacíficamente y busca el apoyo occidental no lo encuentran porque occidente se dedica a mirar para otro lado porque apuesta por la estabilidad y es cuando aparecen los grupos rebeldes», ha señalado.
En este sentido, Núñez ha explicado cómo los diferentes países han tomado una posición estratégica frente al conflicto en función de sus propios intereses sin tener en cuenta a los 23 millones de personas de la población siria, lo cual ha llevado a que se convierta en «un conflicto de tres niveles: intraestatal, entre el régimen y los grupos rebeldes; regional, porque está en juego el liderazgo de la región para países como Arabia Saudí e Irán, e internacional por los intereses de Estados Unidos y Rusia».
Al respecto, ha destacado cómo estos países «han jugado con fuego» para conseguir sus objetivos apoyando a diferentes grupos rebeldes, dotándoles de armamento o liberando a yihadistas de las cárceles. «Son pequeños monstruos que creemos que podemos controlar pero que acaban mordiendo la mano que le da de comer. Toman conciencia de su propio poder y se revuelven», ha apuntado Nuñez.
Así, según ha explicado, después de 7 años de conflicto no se ha conseguido una plataforma unitaria de oposición al régimen, un interlocutor válido para la comunidad internacional, y cuando ha surgido alguno «daba más miedo que el anterior, por lo que Bashar al-Ásad pasa a convertirse en un mal menor y volvemos a mirar hacia lo indeseable como algo más atractivo».
De esta forma, ha apuntado que, aunque el régimen haya recuperado el control con la ayuda de la apuesta militar rusa y otros apoyos y se haya desmantelado en un 95% al Daesh, Al Qaeda sigue ahí y también otros grupos opositores y rebeldes que no admiten el régimen y van a seguir combatiendo. Además, ha añadido que también se han creado más problemas como el de los kurdos, que se han utilizado por parte de Estados Unidos dotándoles de armamento pero que ahora están reforzados para defender sus propios intereses para aspirar a un estado propio.
En definitiva, Nuñez ha concluido que «la balanza ya se ha inclinado a favor del régimen, pero ¿para qué ha servido todo esto? El desmantelamiento del pseudocalifato está llevando a destruir más de lo militarmente necesario y dentro de uno o dos años nos enteraremos del nivel de aberraciones contra los derechos humanos que se han realizado para esa liberación, y todo para que la población no tenga nada mejor que en 2011».
