Denuncian que la Unidad del Sueño del Hospital Provincial sigue cerrada
El PP también exige que se pongan en funcionamiento los tres aceleradores lineales de Medicina Nuclear
El Hospital Provincial de Castellón mantiene cerrada la unidad del sueño pese a que dispone de todos los recursos habilitados para prestar a los pacientes los tratamientos punteros que mejoren su calidad de vida. Dirigido a tratar trastornos crónicos del sueño, como la narcolepsia, la unidad cerró con motivo de la pandemia y en estos momentos sigue sin programarse su reapertura. “Hemos vuelto a la normalidad relativa con el Covid-19 y este recurso sigue cerrado”. “El PSOE malgasta en propaganda pero no invierte en contratar a los 1.600 profesionales cuyas plazas sigue sin cubrir”.
Un recorte que ataca directamente a las familias de Castellón que con el PSOE "han sufrido un desmantelamiento paulatino de las prestaciones del Hospital Provincial que con el PP se convirtió en un consorcio médico de referencia. Hoy, lamentablemente, hay una cruzada contra la excelencia de un hospital cuyos profesionales denuncian desde hace más de un año. Recortes de plantillas, reducción de camas, pérdida de especialistas y un ataque escandaloso a sus estatutos porque la izquierda desea reducir el hospital a un centro médico satélite del Hospital General”.
Y desde el PPCS, señala NievesMartínez, el reto es ejercer de cordón sanitario contra los ataques de un PSOE “que no ha creído nunca en el Hospital Provincial como demuestran con cada paso que han dado desde el Consell y que la Diputación Provincial ha avalado con el beneplácito del presidente socialista y su socio de Compromís”.
El caso del cierre de la unidad del sueño es “idéntica” a la que afecta a la medicina nuclear. En este caso, tal y como ha recordado Martínez, de los tres aceleradores lineales instalados, solo dos están operativos. “Es urgente contratar a profesionales y garantizar la cobertura que la izquierda ha desmantelado año tras año y ha atacado de forma dramática durante la pandemia”. Porque, explica Martínez, “hoy todavía hay 1.600 plazas no cubiertas y su ausencia se traduce en listas de espera quirúrgicas insostenibles, retrasos en la atención primaria, recortes sanitarios a nuestro interior y cronificación de patologías por retrasos en tratamientos que se retrasan sine die”.
