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El Voluntariado Ambiental concluye dos meses de intenso trabajo para la conservación del patrimonio natural de Pinoso

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    Ni las altas temperaturas, ni el notable descenso del presupuesto destinado al proyecto han sido impedimento para que los voluntarios ambientales hayan vuelto a cumplir este verano con su cometido: velar por la protección y conservación de nuestro patrimonio natural en los montes del término municipal de Pinoso.

    El año en que se cumplen 15 años de Voluntariado Ambiental en Pinoso, un total de veinte voluntarios, coordinados por dos monitores, han participado desde el 1 de julio al 31 de agosto en el proyecto, dos meses en los que solo ha habido que lamentar un pequeño incendio que se produjo a mediados de julio en el paraje del Churri (Monte Cabezo) donde se quemaron cerca de 50 m2. Por tanto, los esfuerzos de este grupo de personas que durante los meses de julio y agosto vigilan diariamente los montes pinoseros están dando sus frutos como medida disuasoria ante los incendios provocados, pues desde el año 2009 el número de incendios forestales, así como la superficie quemada en el término municipal, ha descendido notablemente.

    Aunque las labores de vigilancia y prevención de incendios forestales son su principal ocupación, los voluntarios ambientales han realizado otros trabajos en los parajes naturales de Pinoso, que realizados anualmente contribuyen al buen mantenimiento y conservación de estas zonas. Durante estos dos meses han llevado a cabo: la limpieza de acequias en la zona del Prado; la poda de especies forestales en las canteras restauradas; la limpieza de los calderones de L’Alfaquí, Centeneras, Sierra de Salinas y Caballusa; acondicionamiento de las balsas para desove de anfibios y fartets en el Prado y Aula de la Naturaleza y la recogida de vertidos en el Cabezo, Monte Coto y Prado.

    También es conocido el compromiso de los voluntarios ambientales por la conservación de la flora y la fauna autóctona. En este sentido, durante la campaña de este año también han procedido a la detección de animales extraviados o heridos y su entrega a la protectora, la recogida de anfibios en peligro, la localización e investigación de animales y plantas del entorno, así como la colocación de carteles informativos. Asimismo, recordar la exitosa jornada de suelta de fauna autóctona que tuvo lugar el pasado 13 de agosto en el Aula de la Naturaleza del Monte Coto, a la que asistieron más de 80 personas y se liberaron 2 búhos reales, 4 cernícalos, 2 mochuelos, 1 erizo, 1 sapo corredor y 5 sapos parteros.

    En el capítulo destinado a la formación, como todos los años, el grupo de voluntarios ha asistido a varios cursos sobre la prevención de incendios forestales, cómo actuar ante un incendio y la protección y conservación de especies autóctonas como los anfibios y el fartet. Cabe destacar, por último, las campañas de información que llevan a cabo monitores y voluntarios entre excursionistas, campistas, agricultores y vecinos de Pinoso acerca del peligro de incendios forestales durante la época estival.

    VALORACIONES
    El concejal del área, Carlos Esquembre, ha conocido este año de primera mano las labores que desempeñan este grupo de personas de manera altruista. “Es de admirar el trabajo que llevan a cabo, pues se trata de un compromiso personal con nuestro entorno natural que requiere del sacrificio y responsabilidad que este grupo de pinoseros demuestran cada año”, afirma el edil de Medio Ambiente. Esquembre renueva el compromiso municipal de continuar apoyando el campo de voluntariado: “desde el ayuntamiento continuaremos impulsando esta iniciativa que, además de suponer un ahorro para la administración, se constituye como un espacio idóneo para la formación y educación en la importancia de conservar y proteger nuestro patrimonio natural”.

    Por su parte, José Carlos Monzó, técnico municipal y coordinador del Voluntariado Ambiental de Pinoso, destaca la preparación y formación del grupo de personas que cada verano participa en este proyecto. “Después de 15 años es muy satisfactorio contar con un voluntariado tan consolidado, que conoce tan bien nuestro entorno y sabe cómo y dónde actuar”, asegura Monzó, quien recuerda que hay voluntarios que llevan más de 10 años participando en el proyecto. “A estas alturas los voluntarios son personas muy experimentadas, con una gran formación y que, además, les encanta lo que hacen”, comenta el coordinador que concluye: “por esto, tanto yo, como los pinoseros podemos estar muy tranquilos, confiados y, sobre todo, agradecidos, del trabajo que realizan cada año en nuestros montes”.

     

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