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Estela Azahar Martín, del IES Francisco Pacheco, se alza con el mejor relato juvenil de Alicante

Estela Azahar Martín, del IES Francisco Pacheco, se alza con el mejor relato juvenil de Alicante
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    Estela Azahar Martín, del IES Francisco Pacheco, se alza con el mejor relato juvenil de Alicante - (foto 3)

    El pasado sábado 13 de mayo se celebró en el Auditorio Provincial de la Diputación de Alicante (ADDA) la gala de entrega de los premios de la XVIII edición de los mejores relatos breves juveniles de la provincia de Alicante, en esta edición el certamen cumplía su mayoría de edad y se ha convertido en uno de los certámenes literarios más importantes para el alumnado de Enseñanza Secundaria Obligatoria, donde más de 16.000 escolares de toda la provincia participan incluyendo centros públicos, privados y concertados. En esta ocasión de entre unas 9.000 creaciones literarias incluidos centros de Colombia, lo que hace de este evento un certamen internacional.

    La Asociación Provincial de Empresarios Libreros y Papeleros de Alicante ha entregado como va siendo habitual durante estos 18 años, sus premios a los mejores relatos, editando y publicando el libro anual que recopila los 105 mejores relatos, como ha sido el caso especial de su mayoría de edad. Cabe destacar que este concurso anual no sería posible sin la colaboración de varias entidades públicas como lo son la Generalitat Valenciana, la diputación Provincial, el ADDA, y otras como la Cámara de Comercio de Alicante, FEMPA, la Editorial Club Universitario, Imprenta Gamma, Fundación SEUR, el grupo Marjal, FAC Pyme, European Flyers o el propio diario Información de Alicante.

    Resultado del fallo del prestigioso jurado, amenizado con la actuación de la cantante alicantina Nálax resultó ganadora ESTELA AZAHAR MARTÍN GONZÁLEZ, con su relato “LA MARIPOSA DE PAPEL” alumna del IES FRANCISCO FIGUERAS PACHECO DE ALICANTE, estudiante de 3º de ESO, coordinada y tutorizada por el profesor TOMÁS ANTONIO ANDREU GONZÁLEZ. También resultó finalista SALMA AMAL ZAIDI, estudiante del mismo curso académico por su relato “VICTORIA y el MENSAJE”.

    La gala fue conducida por la locutora de Onda Cero Radio, Luz Sigüenza, dirigida por José Antonio López Vizcaíno, quién dedicó en su oratoria unas hermosas palabras dedicadas al profesor, y a la labor del profesorado en general que hacen posible que estos actos se produzcan y el relato fue leído ante la gran afluencia de público asistente por José Luis Ferris, profesor y escritor.  Cabe destacar que el año pasado el IES FRANCISCO FIGUERAS PACHECO de Alicante, consiguió el segundo premio, con el relato de la propia hermana de la ganadora: Alma de Abril.

    La gala fue retransmitida en streaming en el canal de Youtube, y tanto la alumna ganadora, el profesor como el centro fueron agasajados con diversos regalos, además del trofeo a la ganadora, entre ellos un lote de libros para la biblioteca del centro.

    ´´La mariposa de papel´´

    Escribo en papeles de colores y en folios rotos que ya no sirven. Escribo en servilletas de la cocina y en hojas normales y corrientes, como la de hoy. En tickets de la compra, en facturas de la luz, en la tapa de los cereales, en un rincón oculto de la pared de mi habitación, en las baldosas del patio de mi casa (y cuando llueve, se borra).

    Escribo cuando no tengo sueño y cuando me despierto antes de la hora. Escribo para no sentirme sola casi todo el tiempo y a veces para no olvidar lo que viví. Escribo con bolígrafos de colores y con un lápiz de dos puntas, por si acaso. Escribo con rotuladores normales y con otros que son invisibles, porque a veces tengo miedo de que alguien descubra lo que escribo. Y es que a veces, incluso, me da miedo lo que escribo y otras veces se me pasan los miedos escribiendo.

    Tengo historias de dragones y dragones que hicieron historia. Versitos sueltos y palabras locas para un diccionario nuevo. Tengo canciones que invento y cuentos que dejo a medias, para que tengan suspense o porque no sé cómo acabarlos. Hay relatos que enganchan desde la primera palabra y otros que cuestan un poco al principio. Conservo notas tristes y otras que son divertidas, algunas dicen algo bonito de mí (y yo no las escribí).

    A veces arrugo lo que escribo y lo dejo olvidado. Otras veces lo conservo como si fuera un pergamino de hace tres mil años. Algunas letras se han emborronado, con mis lágrimas o con las gotas de zumo que cayeron sobre ellas, y otras vienen a mi mente cuando menos me lo espero, como si otra persona las hubiera escrito y yo las recordara. Todas, todas las historias que escribo, duermen bajo llave en una caja de madera, que para mí vale lo mismo que la primera edición de Don Quijote de la Mancha.

    Hay días que cierro la puerta de mi dormitorio, vigilo que nadie me vea y abro la caja para guardar una historia nueva. Cuando llueve, me siento en la cama y la cojo para volver a leer historias que me hacen reír, porque me acompañan. Hay noches que me ayudan a ver las estrellas de otra manera y otras veces me ayudan a buscar ideas para una redacción de clase (a veces ha nacido una historia de tres antiguas).

    Hoy he abierto la caja, ¡claro!, ¡no cabía esperar otra cosa! Era el mejor momento y la mejor ocasión. Tenía que escoger la mejor historia de todas para este concurso. Nada más abrirla, han empezado a revolotear todas las historias en forma de mariposas de papel.

    Una mariposa de papel reciclado me está susurrando al oído y otra, de papel de cocina, viene a mis manos. Hay decenas de ellas dando vueltas alrededor de la lámpara del dormitorio, de todas las formas y tamaños posibles (las de papel de cristal vuelan más alto), y otras se han quedado dormidas sobre el edredón. Una reposa dentro de la caja, posiblemente asustada por la ocasión, es comprensible. A mí también me ha pasado, cuando pensé que, a pesar de todas las historias que llevo escritas, no sabía bien cómo empezar esta tan especial. Una de ellas insiste en beber de mi taza de leche (casi desaparece) y otra, hecha de cartón, empuja a las demás para que caigan al suelo y así ser ella la escogida.

    Con tanto alboroto no me queda más remedio que poner un poco de calma. La verdad es que tengo nervios, no sé por cuál decidirme y las mariposas de papel empiezan a impacientarse. Así es complicado pensar.

    Todas dicen algo de mí. Algunas me vuelven a llevar a ese viaje en el que lo pasé tan bien y otras me recuerdan a esa amiga que cambió de ciudad. Hay historias para no aburrirse y otras raras de verdad. Que conste que tengo historias de concurso y también otras de momentos de mi vida en los que lloré hasta deshacer el papel. Tengo postales que me envié y algunas cartas tan graciosas que no paro de releer. En realidad, escribo todo lo que quiero vivir y vivo mucho de lo que he escrito, quisiera no haber vivido alguna historia y sueño con vivir lo que ahora estoy escribiendo. Y así van volando trocitos de mi vida, pedacitos de mi alma en forma de mariposas de papel.

    ¿A quién elegiré de entre todas las historias que revolotean por mi cabeza?

    Haré una historia que vuele tan lejos como todas las de papel que se guardan en todas las cajas de historias. Una historia que sea capaz de llevarte todas las historias de esa gente que escribe como yo, porque no se explican la vida sin mariposas escribir cada día. Una historia hecha de millones de mariposas de papel, mariposas que se escriben con la ilusión de ser la mejor historia del mundo y que vuelan llenas de ganas de emocionar. Una mariposa de papel de las que van pintadas de paz, de las que silencian fusiles y acogen en sus alas las historias de todos, sin que importe el color o el tipo de papel.

    ¡Aquí está!

    Pintadas sus alas por tantas manos diferentes, nacida de mis sueños y echando a volar gracias a tus ánimos, empujada por la esperanza y reciclada por cada gesto en que te detienes a ayudar a otra persona, vuela con la alegría de un niño. Sí, es la mariposa de papel más grande que sale de esta caja cualquiera de historias, porque lleva en sus alas todas las historias que somos, todas las historias que fuimos y, lo mejor de todo, todas aquellas historias que podremos ser.

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