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Por José Luis Ramos
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Mujeres valientes: Mari Trini, María del Mar Bonet

    El 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, quiero recordar a unas mujeres valientes. Durante el franquismo conocí personalmente algunas de las mujeres que tuvieron el valor de organizarse y luchar contra la dictadura. Fueron muchas, las que, desde el anonimato, mostraron una valentía inmensurable. Por eso, nunca diré que alguna de ellas, fue la que mostró mayor coraje.  No creo que fuera equitativo, sacar ahora alguna del anonimato, mientras muchas mujeres cuyo coraje mostrado en tiempo difíciles, seguirán en el anonimato. Así que, en honor a todas ellas, hablaré de dos mujeres ya bien conocidas, porque su profesión les obligó a mostrar públicamente su valentía.

    Recuerdo la inmensa satisfacción que sentí el día que supe que Mari Trini era lesbiana, y que vivió 40 años en pareja. Que nadie crea que me alegré, que fuera lesbiana. Pues entiendo que la opción sexual es algo muy personal, y, a los demás, solo nos queda aceptarlo y respetarlo. Me alegré por tres razones: 1º, por ella, porque tuvo la valentía de vivir como quería, en una época en que la homosexualidad,  además, de mal vista, estaba castigada como delito; 2º,  por la coherencia que tuvo en defender, su propia manera de amar, en la medida de lo posible, al componer en pleno franquismo (1971) una canción como “Yo no soy esa”; 3º, por lo a gusto que se le quedaría el cuerpo de cantar esa canción  en las mismas narices del “nacionalcatolicismo”,   que quería que España fuera la reserva espiritual de occidente,  y seguía castigando la homosexualidad como delito. Digo en las mismas narices, porque la canción la cantó en su televisión, la única que teníamos, con frases como “Yo no soy esa que tú te imaginas. Una señorita tranquila y sencilla. (…) Yo no soy esa que tú te creías. La paloma blanca que te baila el agua. Que ríe por nada diciendo sí a todo, esa niña sí, no, esa no soy yo”. Eso en unas fechas en las que todavía se escuchaba aquello de “Cuando hablan los hombres, las mujeres se callan”.

    Por otra parte, no olvidemos que la homosexualidad estuvo castigada con penas de prisión, por  la ley de Vagos y Maleantes,  hasta 26 de diciembre de 1978, que el Gobierno de Adolfo Suárez, la derogó y con ello puso fin a la ilegalidad de la homosexualidad en España. La citada Ley todavía se aplicó contra tres personas en 1978. Los últimos presos españoles por homosexualidad fueron liberados en 1979.

    En 1968, la mallorquina María del Mar Bonet, según George Mustakis, la voz más hermosa del Mediterráneo, tuvo el valor de grabar y cantar “¿Què volen aquesta gent?”  Si se tiene en cuenta los antecedentes de la canción se entenderá que había que tener mucho valor para grabar esa canción, en plena dictadura.

    La canción tiene su causa el año 67, cuando Rafael Guijarro Moreno, un estudiante madrileño de 23 años, militante del FRAP, apareció muerto en plena calle. El caso es que apareció reventado en medio de la calle, mientras estaba detenido por la policía franquista, que declaró que se había lanzado de un sexto piso.  Ello pasó desapercibido para la sociedad española, en aquella época. Tanto es así, que aún hoy es apenas conocido. En el 67, casos como el de Rafael, no se trataba de un hecho extraño y aislado, por eso, meses después, el poeta catalán Lluís Serrahima compuso el poema ¿Què volen aquesta gent?, para denunciar las detenciones que en plena madrugada se hacían a los opositores del franquismo.

    Para grabar y cantar ¿Què volen aquesta gent? en el 68, como hizo María del Mar Bonet, había que ser muy valiente, porque era un acto de rebeldía como decir a la dictadura, que ella ni se tragaba ni se callaba sus cuentos. Los jóvenes que no conozcan la canción deben saber que habla de una madre que se pregunta aterrorizada ¿qué quiere la gente que llama a la puerta de madrugada y pregunta por su hijo estudiante? La madre no se explica por qué su hijo no se atreve a dormir en casa, que cada día habla menos y cada noche al acostarse se agita y siente un temblor temiendo que le llamen de nuevo de madrugada.

    Durante mucho tiempo se le prohibió cantarla. Pero ella la seguía cantado en sus recitales cuando podía. Poco después, en Madrid, el 20 de enero del 1969, Enrique Ruano, apareció reventado en el rellano de una escalera mientras estaba detenido por la policía política que declaró que se había lanzado por el hueco de la escalera. Enrique era un estudiante de 21 años militante del clandestino Frente de Liberación Popular. La muerte de Ruano en el 69 popularizó la canción, porque los opositores del franquismo la vieron como un medio para denunciar los crímenes de la policía política franquista.

    Esa canción puso los pelos de punta, cada vez que la escuchaban, a muchas de las personas, y aún hoy, que fueron despertadas de madrugada y llevadas a punta de pistola al calabozo. Sobre todo, cuando se oye la frase: “cada nit s'agitava. Li venía un tremolor”. Tement un truc a trenc d'alba”.  Puedo asegurar que cuando te despiertan en plena madrugada, los fuertes golpes de la culata de una pistola, a la puesta, te obligan a vestirte apuntándote con una pistola, se te llevan en un coche escondido a las afueras del pueblo con la matricula tapada, durante cierto tiempo, cada noche al tratar de dormir te acuerdas de los que llamaban de madrugada.

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