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Por Miguel Bataller
Columna de Michel - RSS

Ejemplo de Vox y Mientras Dure la Guerra

    Esta semana quiero enlazar dos temas de candente actualidad.

    El primero de ellos, quiero significarlo con toda la importancia que requiere el caso, porque durante la campaña electoral de Abril, incidí de una manera especial en la conveniencia de que PP, Ciudadanos y VOX presentaran una candidatura única para el Senado, colocando a uno de cada partido en  posiciones de salida por ese mismo orden, a fin de garantizarle al Centro Derecha la mayoría absoluta en  Senado, en el momento de tomar decisiones trascendentales.

    No hubo forma de ponerles de acuerdo ni entonces, ni por lo visto ahora. Sin embargo, lo que sí ha hecho sin dudarlo VOX, ha sido presentar un único candidato en la provincia de Castellón y recomendar a los afiliados y simpatizantes del partido, que voten también a los dos  que encabecen la lista al Senado por el Partido Popular.

    Y lo sé porque así me lo han explicado miembros de la dirección provincial del partido y sus afiliados de aquí.

    No puedo asegurar que se haya hecho lo mismo en otras provincias de la Comunidad Valenciana e incluso en el resto de España, pero ese rasgo de generosidad desinteresada,  es lo que agradece la ciudadanía derechas en el momento de depositar su voto.

    Y precisamente la falta de esa generosidad y el desprecio permanente de  Ciudadanos respecto a Vox incomprensiblemente, será una de las causas fundamentales de su debacle electoral.

    El segundo tema, viene dado por haber visto la película de Amenabar, ‘Mientras dure la guerra’.

    Una buena película, rica en testimonios históricos de cómo se vivieron los primeros años de la Guerra Civil en zona nacional y fundamentalmente en Salamanca.

    Yo la catalogaría como la mitad de la memoria histórica de la guerra vivida en una zona nacional.

    Y analizado objetivamente desde mi punto de vista, es un retrato bastante fiable de cómo se vivió allí esa época.

    A destacar el increíble temple de un hombre inteligente, íntegro, sensato y objetivo como D. Miguel de Unamuno, alrededor de cuya personalidad se analiza ese período traumático de su vida.

    Un auténtico republicano de buena fe, Catedrático de la Universidad de Salamanca desde los años veinte del siglo pasado y desterrado durante la Dictadura de Primo de Rivera a Lanzarote por  manifestarse públicamente en su contra.

    Cuando empezaron los desmanes del Frente Popular y tras haber vuelto a Salamanca y ser nombrado de nuevo Rector de la Universidad, se enfrentó con el Gobierno de la República y escribió con absoluta clarividencia  que “le dolía España” y que “no era eso lo consolidaría a la República”, con lo que de nuevo fue depuesto.

    Una vez se forma el nuevo Gobierno de Franco, se le restituye en su cargo y en una actuación antológica en el paraninfo de la Universidad, se enfrentó abiertamente con todo el Gobierno Franquista y particularmente con Millán Astray reconviniéndole la famosa sentencia que le inmortalizaría de:

    “Venceréis pero no convenceréis”

    Fue digno y consecuente durante toda su trayectoria académica y por no renunciar a sus convicciones de nuevo fue destituido y abucheado, insultado y amenazado al final de su intervención, teniendo que salir de la mano de Carmen Polo de Franco  para escapar de aquella chusma manipulada y exaltada por el Jefe de la Legión y los falangistas más agresivos e ignorantes.

    Amigo incondicional de sus amigos, tuvo que ver como ejecutaban a dos ellos: el Pastor Evangelista Atilano Coco cuyo delito era el ser masón, como lo exigía la Iglesia de Inglaterra a sus responsables, pero cuyo sentido cristiano y evangélico de la vida era impecable.

    El otro un joven socialista Manuel Vila, Catedrático de Lengua Española en Salamanca y alumno aventajado de Unamuno, cuyo único delito era el de ser un socialista convencido.

    Esas dos ejecuciones, en su opinión irracionales, fueron las que determinaron definitivamente su oposición al Régimen Franquista.

    A los pocos meses, murió de un ictus cerebral según parece.

    Lo que realmente me gustaría y nunca lo he visto llevado a la pantalla por ningún cineasta español, es la misma versión pero de cómo se hicieron las cosas en la España Republicana a partir de Mayo de 1936, es decir en Madrid o Valencia donde estuvieron los gobiernos republicanos durante esos tres largos años e incluso en Barcelona.

    Los españoles necesitamos esa versión de: la otra media memoria histórica, vivida en la España Republicana.

    Les aseguró que si se rodara y se recurriera a documentos históricos  y testimonios personales de los pocos supervivientes que quedan de las atrocidades que se vivieron en esta zona, ejecutadas por los anarquistas y comunistas con la complicidad y connivencia de los socialistas en el poder, ellos serían los primeros interesados en querer borrar, olvidar y perdonar tanto crimen y tanta canallada como ellos mismos cometieron.

    En nuestra ciudad, aun viven familiares muy directos de D. Victor Marin Puig, Alcalde de Burriana, auténtico republicano, a quien asesinaron aquellos salvajes delante de su propio hijo según me contó él a  mí en su día, sin más delito que ser creyente y practicante.

    Y lo más lamentable, fue que pese a pegarle un tiro delante de su hijo, luego quisieron hacerle creer a la familia que había muerto de un derrame.

    Hasta que no se atreva alguien a producir esa película en la que la gente pueda ver lo que fueron capaces de hacer los del Frente Popular (entre los que llevaba la batuta política el socialismo) y hacer que se avergüencen los que hoy solo quieren que se conozca en España “Media memoria histórica”,  tendremos personajes de la calaña moral de Zapatero y Pedro Sánchez tratando de capitalizar el odio entre españoles, en beneficio propio, cuando las generaciones de sus abuelos y de sus padres (que es la mía) y éramos conocedores de que no hubo “buenos ni malos”, sino una guerra fratricida absurda e innecesaria entre radicales fascistas de izquierdas y de derechas que se mataban entre ellos, porque así lo quiso el Frente Popular y  eso desencadenó la reacción de la mitad del Ejército, harto de tanto miserable asesino en nombre de la República.

     

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