El cardenal Cañizares participa este viernes en la procesión del Santo Entierro de la Semana Santa Marinera
El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, participará el próximo Viernes Santo, en la procesión del Santo Entierro de la Semana Santa Marinera que dará comienzo a partir de las 18.30 horas desde la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles, del barrio valenciano del Cabanyal.
Tras presidir por la tarde en la Catedral, el mismo Viernes Santo, la solemne celebración de la Pasión del Señor, el purpurado tiene previsto acudir al Marítimo donde se unirá a la procesión general del Santo Entierro, según han indicado hoy a la agencia AVAN fuentes de la organización.
La procesión tiene una duración aproximada de casi cinco horas y es “un solemne cortejo que recorre las calles de los Poblados Marítimos como una representación plástica y artística de la pasión de Cristo, que muestra la última cena, la flagelación, el juicio, la sentencia, el camino al calvario y la muerte”, han añadido.
En el recorrido participan las 30 hermandades, cofradías y corporaciones de la Semana Santa Marinera con sus imágenes, andas, personajes bíblicos, estandartes, banderas, cruces guía, bandas de música y de cornetas y tambores.
El itinerario incluye las cuatro parroquias de los Poblados Marítimos y recorre las calles de Pintor Ferrandis, la plaza Iglesia de los Ángeles, Pedro Maza, Remonta, Reina, Plaza de la Armada Española, Doctor J.J. Dómine, Avenida del Puerto, Cristo del Grau, Ernesto Anastasio, Francisco Cubells, Rosario, plaza del Rosario y la parroquia del Rosario, donde finalizará.
Se da la circunstancia de que este año se cumple el 75 aniversario de la participación en esta procesión de la Hermandad del Santísimo Cristo de El Salvador, según las mismas fuentes.
Asimismo, la imagen de la Cofradía de Granaderos de la Virgen de la Soledad, estrenará su manto tras su reciente restauración. Los trabajos, realizados por el taller de artesanía litúrgica Manantial, de Alboraya, han permitido recuperar la pieza, confeccionada en 1966 por las religiosas Adoratrices del Convento Madre Sacramento de Valencia, “que se encontraba dañada por los años, el polvo y la oxidación”, han añadido.
