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La desaparición de la escultura más conocida junto al aeropuerto de Manises desata la polémica

La desaparición de la escultura más conocida junto al aeropuerto de Manises desata la polémica
  • El Ayuntamiento reclama a Fomento que se depuren las responsabilidades

Las obras de ampliación de la carretera nacional 220 a su paso por Manises ha hecho desaparecer una obra de Enric Mestre. Fueron los vecinos y el propio artista quienes denunciaban la desaparición del monumento situado en las inmediaciones del aeropuerto de la capital valenciana. Al momento, el Ayuntamiento de Manises reclamó información a la Demarcación de Carreteras el pasado 8 de julio augurando el peor de los presagios.

“Hoy, después de insistir en las últimas semanas, nos han confirmado que la obra de Mestre ha sido asolada por las máquinas”, afirma el alcalde, Jesús Borràs, en un comunicado. La escultura en cuestión era una pieza de cerámica de grandes dimensiones encargada en 1984 por el Ministerio de Fomento al artista, profesor y académico de Alboraia, Valencia. “La obra, desgraciadamente, no se puede restituir, pero hay que reparar el daño hecho al artista y en nuestra ciudad”, manifestaba Borràs.

En este sentido, el Ayuntamiento sostiene que se deben depurar responsabilidades y para ello le exigirá al Ministerio de Fomento que tome las medidas que sean necesarias.

Desde el IAC Comunidad Valenciana-Murcia y la Taula de les Arts Visuals (TAV) también han expresado su condena ante los hechos acontecidos: “Una vez más se han vulnerado de forma escandalosa las Buenas Prácticas en las Artes Visuales, por lo cual manifestamos nuestro más profundo malestar”. Asimismo, han querido brindar su apoyo tanto al autor como al Ayuntamiento: “Apoyamos al consistorio de Manises en su exigencia de reparar el daño ocasionado tanto al escultor como a la ciudadanía”.

Además, desde TAV han recordado en el comunicado que “los y las autoras de cualquier creación artística conservan los derechos morales sobre la obra, aun después de su venta”, además de que el adquiriente debe comunicar cualquier cambio en su estado o ubicación. Por su parte, el alcalde espera que Fomento “esté a la altura” y actúe en consecuencia después de lo que consideran ya como un “atentado a la cultura”.

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