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La pequeña empresa de Gandia que conoce la cara de su ladrón y espera su detención

La pequeña empresa de Gandia que conoce la cara de su ladrón y espera su detención
  • Ocurrió a las tres de la madrugada y el ladrón dejó huellas y sangre en el lugar del robo, que ya estudian los agentes policiales

Eran las tres de la madrugada cuando en el local de una pequeña empresa de Gandia un ladrón rompía la puerta de entrada y accedía al interior para robar. Lo ha hecho a cara descubierta y tras estar más de tres minutos rompiendo la puerta para acceder. Una vez consiguió entrar en el local, con una aparente calma se hizo con el botín, ha robado un ordenador de alto nivel y todo el dinero que había en la caja del establecimiento.

Sin tocar nada más y con una tranquilidad extraña, el ladrón abandonó la empresa gandiense por la misma puerta con el ordenador y el dinero robado.

Toda esta sucesión de hechos ha sido comprobada por los responsables de la empresa, que no han pegado ojo en toda la noche desde que se enteraron del robo en su local. En las imágenes de las cámaras de seguridad se observa a la perfección todo lo relatado por elperiodic.com. El dato curioso llega cuando se dan cuenta que el ladrón lleva puesta la mascarilla higiénica obligatoria durante este tiempo de pandemia, por lo que llama la atención que hasta para llevar a cabo un robo el ladrón mantenga ese “nivel de responsabilidad”, cuentan con cierta ironía los responsables del negocio tras resignarse viendo la secuencia.

La denuncia ya está puesta y los agentes policiales ya trabajan tanto con las imágenes de las cámaras de seguridad como con las diferentes huellas y gotas de sangre que el ladrón dejó en el lugar del robo. Con todas estas pesquisas y pistas, los responsables de la empresa esperan que “detengan lo más pronto posible al autor de los hechos porque sabemos cuál es su cara, y así podamos recuperar lo que es nuestro”.

Una de las responsables del negocio cuenta en exclusiva a este digital que “si en cualquier momento es duro, imaginaros ahora que estamos luchando para seguir adelante en estos tiempos difíciles”. Sigue su relato afirmando que “un desgraciado ha decidido quitarnos herramientas de trabajo y dejarnos una noche sin dormir y un día sin apenas trabajar, impotencia es lo que sentimos porque, aunque tenemos cámaras de vigilancia y se le ve la cara al delincuente, sabemos perfectamente que no le va a pasar nada, que ha entrado con esa tranquilidad porque sabe que, en este país de pandereta, robar sale muy barato”.

No pierde la esperanza y espera que “en los próximos días le pillen y pague por lo que ha hecho, mientras tanto, que aproveche el dinero que ha robado para comer y el ordenador para buscar trabajo”. Además, no duda en avisarle de que “su cara ya está en comisaría”, aunque tira de ironía para darle las “gracias por llevar mascarilla para no contagiarnos”.

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