Pérez exige a la Conselleria que no se desentienda de un servicio básico como la ayuda a domicilio que está sufragando el Ayuntamiento
La edil de Bienestar Social recuerda que el consistorio destina más de 2,6 millones de euros anuales a este servicio y acusa a la Generalitat de pagar “poco, mal y tarde”
Con esta visita, Pérez quiere hacer una llamada de atención sobre la importancia que tiene este programa al que el Ayuntamiento destina 2,6 millones de euros anuales, aportando el 75% de su coste cuando sólo debería contribuir con un 25% a un programa que debería estar pagando la Generalitat.
“Es lamentable que el gobierno del PP se desentienda de una problemática que cada vez afecta a más personas, sobre todo ancianos y enfermos, que no están cobrando las ayudas de la Ley de Dependencia y que no cuentan con recursos suficientes para contratar a especialistas que les ayuden”, señala Pérez que añade que “la Conselleria aporta el 25% de lo que cuesta el SAD cuando debería pagar el 75% y lo peor es que encima que paga poco paga tarde ya que ahora acabamos de cobrar parte de lo que nos adeuda de 2009”.
El Ayuntamiento, a través del SAD, está ayudando a cerca de 750 familias de Elche. En su mayor parte se trata de personas mayores y sin familia que les ayude, pero también a familias con enfermos o discapacitados.
UN CASO HABITUAL
“Hoy estamos ante un caso bastante habitual -asegura Pérez -un matrimonio sin hijos que no pueden valerse por sí mismos y que necesitan ayuda. En este caso la trabajadora del SAD se encarga de hacer las labores del hogar, de hacer la compra….”.
Carmen Palazón tiene 81 años y graves problemas en sus huesos que le impiden incluso hacer las camas. Su marido, enfermo de cáncer, está encamado y cada día viene un segundo trabajador del SAD a ayudarle a moverse.
“Estamos solos y sin hijos y hay muchas cosas que yo no las puedo hacer. Gracias a Dios que nos ayuda María, que me ha hecho un mundo”, asegura Carmen Palazón.
María Alacid es la trabajadora del SAD que a diario ayuda a Carmen y a su marido José Puche. “La ayuda es de todo tipo, desde hacer la limpieza y acompañar a Carmen a la Compra, hasta leerles las cartas que les llegan y dialogar con ellos. Aunque lo cierto es que te lo devuelven todo con su cariño. Y eso vale más que todo el oro del mundo”.