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Investigadoras del Instituto de Neurociencias participan en un estudio que abre nuevas estrategias de terapia contra la leucemia infantil

  • El trabajo aparece en Nature Medicine

Un trabajo en el que participan investigadoras del Instituto de Neurociencias (centro mixto de la Universidad Miguel Hernández de Elche y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas) ha identificado un nuevo mecanismo que explica cómo el oncogén NOTCH1 activaría su programa oncogénico en las leucemias agudas e identifica dos nuevos genes supresores de tumor, EZH2 y SUZ12, previamente clasificados como exclusivamente oncogénicos. La investigación, que publica hoy la revista Nature Medicine, aporta nuevos datos que podrían mejorar la efectividad de los tratamientos contra la leucemia infantil.

La investigadora María Domínguez y los miembros de su equipo del Instituto de Neurociencias Dolors Ferres-Marco y Vanina Da Ros han colaborado en este proyecto con los científicos Adolfo A. Ferrando y Iannis Aifantis, que trabajan en la Universidad de Columbia y el Howard Hughes Medical Institute and Department of Pathology, New York University School of Medicine, New York (EEUU).

Como explican los autores, la investigación se centró en las vías de regulación epigenética para explicar cómo el oncogén NOTCH1, que es el causante de más de la mitad de las leucemias agudas, activa su programa oncogénico en este tipo de cáncer infantil. Domínguez profundiza en las razones que impulsaron el estudio: ‘La identificación de mutaciones en factores epigenéticos como los identificados en este estudio y en particular su cooperación con oncogenes como NOTCH1 son de gran interés ante la posibilidad de usar terapias específicas como los inhibidores de histonas demetilasas, de forma aislada o en combinación con inhibidores de NOTCH1, para combatir estas leucemias’.

Los investigadores han detectado que aproximadamente del 25% de las leucemias agudas porta mutaciones inactivadoras en dos genes previamente definidos como oncogenes, EZH2 y SUZ12, y que estas mutaciones ocurren con frecuencia concurrentemente con mutaciones activadoras en NOTCH1, uno de los más potentes oncogenes en humanos. Según el estudio, las mutaciones EZH2 y SUZ12 cooperan con la ganancia de NOTCH1 para activar de forma persistente un programa oncogénico, lo que sustenta el crecimiento tumoral y explicaría la resistencia de algunas de estas leucemias frente a nuevos fármacos diseñados contra el oncogén NOTCH1. El trabajo ha identificado esta misma conexión molecular entre la ruta de Notch y Ezh2/E(z) y la formación de tumores en animales modelo (Drosophila melanogaster).

A partir de estos datos, apuntan los autores de la investigación, se abre una puerta para el desarrollo de terapias contra estas leucemias agudas basadas en inhibidores de histonas demetilasas.

 

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