¿Debo ponerme la tercera dosis si ya me he contagiado de covid?

En el pico de la sexta ola, con los contagios contándose por decenas de miles (más de 18.000 ayer en la Comunitat Valenciana) no es raro que se dé la situación de que personas que hayan sido llamados para ponerse la dosis de refuerzo se hayan contagiado durante estas semanas.

Al contagiarnos, el sistema inmunitario está reforzado, debido a que tiene muy presente el patógeno que ha entrado en el cuerpo, y ha generado grandes cantidades de anticuerpos y linfocitos. Es el caso de los linfocitos citotóxicos, que destruyen las células infectadas, o los linfocitos B, que al detectar un intruso generan una barrera con células plasmáticas.

Las personas que lo han pasado se considera que tienen una inmunidad similar a la que producen las vacunas e incluso con algunas defensas extra, como la mejora de la respuesta de las mucosas o la creación de células de memoria en las zonas del cuerpo que han estado expuestas a la infección, por lo que en caso de una nueva entrada de virus será reconocido rápidamente.

Con el paso de los meses, la acumulación de estos mecanismos de detección y defensa va decayendo y es por ello que se está impulsando la inoculación de una tercera dosis de recuerdo. Los estudios al respecto indican que cuando ha pasado medio año han desaparecido una quinta parte de anticuerpos neutralizantes, que son los que impiden una infección.

Por ello, los expertos en vacunación consideran que haberse contagiado es como haber adquirido una dosis de refuerzo, por lo que esta no sería necesaria y debería postergarse unos meses. Así, en estos momentos, según las últimas directrices del Ministerio de Sanidad, se recomienda aplazar la tercera dosis cinco meses tras haber pasado el coronavirus.

Otra cuestión es la cuarta dosis, que se ha inoculado en países como Israel y Chile, aunque los primeros estudios muestran que no es tan efectiva como la tercera, al no elevar significativamente la inmunidad. Por ello, la Agencia Europea del Medicamento lo descarta por el momento. Además, algunos expertos no son partidarios de poner la cuarta dosis, al considerar que podría generar cierta fatiga inmunológica, aunque esta teoría aún no tiene suficientes datos que la respalden.

En cualquier caso, la tercera dosis sí se ha mostrado como una buena herramienta para renovar el recuerdo de nuestras defensas y así evitar hospitalizaciones y muertes, especialmente entre la gente más mayor y los inmunodeprimidos.