Cullera reduce un 50 % el vidrio en las playas la Noche de San Juan

Las restricciones en las playas de Cullera durante la festividad de San Juan empiezan a dar sus frutos. La presencia de vidrio en los arenales se ha reducido un 50 % respecto a años anteriores tras la noche más larga y multitudinaria.

El alcalde de Cullera, Jordi Mayor, ha valorado positivamente el resultado ya que entiende que «poco a poco la gente está tomando conciencia de la necesidad de adoptar actitudes cívicas y de respeto al entorno natural».

Mayor incide en que las medidas decretadas por el consistorio «surten efecto», pero no obstante cree que «aunque estamos en el buen camino, todavía queda mucho trabajo por hacer para lograr el objetivo de residuos cero».

El primer edil, acompañado por el responsable de la delegación de Playas, ha sido el encargado de supervisar en persona desde las 6 de la mañana la limpieza tras la celebración. Más de medio centenar de operarios municipales y de la empresa concesionaria de la recogida de residuos han peinado los 15 kilómetros de costa de Cullera para dejarla en perfecto estado de revista.

Prácticamente a las 8, los arenales ya estaban libres de residuos en su mayoría para que los primeros bañistas pudieran acceder con normalidad en otra jornada con afluencia masiva.

Este año se han recogido 15 toneladas de basura, cuatro menos que el año pasado a pesar de la mayor afluencia de visitantes. Se trata de un dato sintomático de la concienciación ambiental de la población. Este año, la concejalía de Actividades Ambientales, dirigida por Bernat Escolà, ha lanzado la campaña 'Residuos cero' para evitar los plásticos desechables que después acaban esparcidos por la playa y contaminan el entorno.

Otro de los aspectos positivos que deja la pasada noche es la limpieza de las hogueras. Desde la concejalía de Playas, el edil Salva Tortajada ha constatado que el reparto de más de seis toneladas de leña por parte del consistorio ha facilitado notablemente la retirada posterior de estos residuos.

A partir de las 20 horas se empezó ayer la distribución en seis puntos de la bahía con largas colas. Este año se ha duplicado la leña repartida, procedente de las podas efectuadas por los jardineros municipales durante todo el año. La madera, libre de elementos peligrosos como por ejemplo los clavos, se usa como alternativa a la que en otros años llevaban los asistentes a la verbena de San Juan.

«Hemos comprobado que ya casi nadie lleva sus maderas. Recogen la del ayuntamiento, lo que es más cómodo para ellos y más seguro para los usuarios de las playas, ya que evitamos que después nadie se pueda hacer daño con elementos que son difíciles de retirar de la arena por las máquinas de limpieza», apunta Tortajada.

Cabe recordar que el encendido de hogueras estaba limitado a la bahía para evitar daños en las playas naturales. Esto también facilita las labores de limpieza y seguridad al concentrar en una misma área a la mayoría de los asistentes.

Afluencia histórica

Cullera ha vivido el San Juan más multitudinario que se recuerda. La coincidencia en domingo y el hecho de que hoy sea festivo autonómico ha propiciado que la ciudad costera haya recibido a decenas de miles de visitantes que dejan un buen sabor de boca en el sector turístico en plena inauguración del verano.

Los accesos a la localidad fueron complicados desde la tarde de ayer y como muestra los aparcamientos municipales alcanzaron el 100 % de ocupación.

Durante todo el día y especialmente por la tarde hubo un dispositivo de tráfico desplegado por la Policía Local y la Guardia Civil ya que además de ser domingo y de la festividad de San Juan, se habían programado eventos por parte de locales privados que concentraron a miles de personas.

Sin incidentes destacables

Pese a la afluencia masiva, la noche ha transcurrido dentro de los cauces de la normalidad en Cullera. La edil de Policía Local, María José Terrades, ha reseñado que la tranquilidad ha sido la nota dominante.

«Más allá de las incidencias habituales, no hemos tenido ningún episodio destacable, lo cual es de agradecer porque en una noche como está se incrementa el consumo de alcohol y, por tanto, el peligro de que haya reyertas. Solamente hubo un conato de madrugada, que no llegó a tal, por lo que la valoración del servicio, que se ha reforzado considerablemente, es bastante positiva», concluye Terrades.