El COVID19 en las prisiones: una situación insostenible

Vivir el coronavirus confinados en una casa sin poder salir puede resultar para algunas personas algo complicado, pero la situación se agrava cuando hablamos de pasarla en algunos de los centros de Instituciones Penitenciarias que hay por todo el país. La libertad ya estaba limitada pero ahora es necesario extremar las precauciones.

Los reclusos, por suerte o por desgracia, ya están acostumbrados a ver privada su libertad por lo que las restricciones de movilidad no son una novedad para ellos. Si lo son las consecuencias sanitarias que pueda tener la entrada del virus en alguna de las prisiones, y la exposición de los funcionarios que continúan acudiendo a su puesto de trabajo.

Hace tan solo unos días, conocíamos el segundo fallecimiento por coronavirus entre los funcionarios de prisiones: el Gobierno confirmaba la muerte de un trabajador de la prisión de Fontcalent en Alicante. Se trataba de un hombre de 66 años que trabajaba en el servicio de oficinas del centro, por suerte sin contacto con los internos. 

Una segunda pérdida – ya el 20 de marzo falleció  una reclusa en Madrid – que reavivó las quejas de los sindicatos desde donde denuncian una importante falta de medios para poder desarrollar su labor sin exponerse al contagio. Entre sus últimas peticiones, ser considerados personal de alto riesgo junto con la Guardia Civil o los cuerpos de bomberos.

Y es que, los sindicatos no cesan en sus denuncias de falta de material algo que dicen en muchas ocasiones se justifica desde la administración por falta de existencias. Además, desde la Coordinadora de las Organizaciones del Entorno Penitenciario de la Comunitat Valenciana reclaman más personal sanitario en las cárceles valencianas en las cuales el 75% de las plazas destinadas a ello no están cubiertas.

“La situación de confinamiento en las prisiones está llevando a situaciones insostenibles desde el enfoque de los Derechos Humanos” explican desde la Coordinadora en un comunicado, en el que además prevén una “situación catastrófica” si esta situación no se soluciona.

En la misma línea, la agrupación que aúna a gran parte de los funcionarios de prisiones piden a la Generalitat Valenciana que agilicen la concesión de terceros grados para que las personas internas puedan ir a sus domicilios. Una petición pensada  “especialmente en el caso de mayores y personas enfermas”.

Cambios de rutina

Entre todas estas peticiones, el Ministerio del Interior ha activado un protocolo cuyo fin último es evitar el contagio entre los presos. Unas medidas de contención que ya se están implementando y en las que se contemplan cosas tan sencillas como la suspensión de las visitas y concesión de permisos entre los internos.

Además, los interinos en semilibertad – aquellos que pueden salir de las cárceles durante el día pero deben volver a dormir – únicamente podrán efectuar salidas si es para trabajar en algunas de las actividades contempladas en el Real Decreto que regula el estado de alarma.

Desde el Ministerio se ha querido ‘compensar’ de alguna forma esa limitación de contacto con el exterior por lo que se ha aumentado el número de llamadas permitidas a lo largo de la semana pasando de 10 a 15.  

En definitiva, un protocolo de actuación que si limita la exposición de los presos con el coronavirus de manera directa pero al que, tal y como apuntan desde los sindicatos, le falta un poco más de contención en lo referente a la protección de sus trabajadores.