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En la Comunitat Valenciana ‘la lluvia ya no sabe llover’: De la sequía a las lluvias explosivas

En la Comunitat Valenciana ‘la lluvia ya no sabe llover’: De la sequía a las lluvias explosivas
  • Los meteorólogos advierten de que la tendencia de las lluvias está cambiado en la última década

“Al meu país la pluja no sap ploure” cantaba Raimon allá por los años 80. Y parece que la sentencia sigue siendo cierta en la Comunitat Valenciana, especialmente este 2023.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha hecho balance del año hidrológico en el territorio valenciano, y es que para los meteorólogos el calendario de lluvias es similar al escolar, empezó el 1 de octubre de 2022 y acabó este 30 de septiembre, con el fin del verano.

“Lo más característico del año ha sido la irregularidad, con un régimen de precipitaciones alterado, con breves periodos de lluvias torrenciales flanqueados por largos periodos de sequía, que además han sido muy cálidos”, destacan los responsables de la Aemet.

La lluvia se ha concentrado en pocos días
La lluvia se ha concentrado en pocos días

“Es una situación que venimos observando durante los 10 últimos años” explican desde la agencia estatal, que cree que “hay indicios de que estamos ante un nuevo patrón en la forma en la que se producen las precipitaciones en nuestro territorio, con lluvias torrenciales más espaciadas en el tiempo”.

Así, las lluvias se producen cada vez más con fenómenos explosivos de corta duración y con fuerte intensidad, y cada vez más cerca del litoral, lo que es un problema al perderse el agua que no pueden recoger los pantanos ni los acuíferos. Además, las fuertes tormentas y gotas frías han dejado varios diluvios con consecuencias desastrosas.

“La misma cantidad de precipitación se está acumulando en menos días de lluvia, con más torrencialidad”, explican desde la Aemet, que advierten del nuevo panorama valenciano: “Tenemos periodos de lluvias abundantes de unos pocos días o unas pocas semanas flanqueados por otros periodos de precipitaciones escasas o casi nulas durante meses”.

Eso sí, al final, si sumamos todo lo caído este año “ha sido pluviométricamente normal, con un ligero déficit de precipitación del 5 %”, explican, ya que “la precipitación acumulada ha sido de 473.2 l/m² frente 499.7 que es el promedio normal”.

De este modo, se ha conseguido al final paliar el déficit pluviométrico del año hidrológico que estaba en más del 40 % se ha reducido al 5 %.mAsí, estas tormentas han salvado el año hidrológico, aunque no han permitido llenar demasiado los pantanos ya que gran parte de las tormentas se han producido en el litoral y no en la cabecera de los ríos.

Aún así, desde la Confederación Hidrográfica del Júcar creen que no habrá problemas de desabastecimiento, aunque habrá que estar pendientes en los próximos meses por si arrancase un nuevo periodo de sequía que complicaría las cosas.

Diferencia entre comarcas

En cualquier caso, la lluvia no se ha repartido por igual en el territorio. La zona de mayor déficit se encuentra en comarcas del interior y norte de Valencia y del interior y sur de Castellón, con un déficit de lluvias superior al 25 %.

Así, las comarcas donde menos ha llovido respecto a lo que es normal en esas zonas han sido La Hoya de Buñol, el Alto Mijares, el Alto Palancia, La Serranía y el Rincón de Ademuz.

En el lado contrario de la balanza, este año ha sido muy húmedo en la Ribera Baixa, el Baix Maestrat, L’Alcoià, el Vinalopó o La Plana Alta y la Plana Baixa.

En naranja, donde menos ha llovido. En verde, donde más
En naranja, donde menos ha llovido. En verde, donde más

Así ha llovido este 2023

Desde la Aemet recuerdan que hasta mitad de mayo de 2023 sólo había habido dos temporales de lluvia más o menos generalizados.

El primero se registró los días 11 y 12 de noviembre de 2022, con lluvias torrenciales en zonas del norte de Valencia y de la provincia de Castellón.

El segundo, las precipitaciones que se acumularon bajo la influencia de la borrasca Isaack el 7 y 8 de febrero de 2023, que fue el único temporal de nieve del año, con nevadas en el interior norte de Castellón y espesores de entre 15 y 20 cm en la comarca de Els Ports y comarcas cercanas

Entre esos dos breves temporales hubo largos periodos sin apenas precipitaciones; el primero transcurrió entre mitad de diciembre y el 6 de febrero, interrumpido por el breve temporal invernal del 7 y 8 de febrero.

A continuación, 90 días que transcurrieron entre el 10 de febrero y el 10 de mayo en los que apenas llovió, de forma que al principio del mes de mayo estábamos hablando de un acusado déficit pluviométrico.

El cuatrimestre enero-abril tuvo un déficit medio de precipitación del 74 % y los meses de marzo y abril fueron extremadamente secos, los más secos de sus respectivas series desde, al menos, 1950.

La situación cambió a partir de mitad de mayo, que fue el mes de mayo más húmedo de los últimos 15 años y el más húmedo del actual año hidrológico. Las lluvias de mayo y junio fueron abundantes, sobre todo en el interior, y continuaron hasta el 3 de julio.

Nuevamente, tras las tormentas del 3 de julio, se produjo otro largo periodo sin apenas lluvias entre el 4 de julio y el 25 de agosto, aunque este periodo de sequía hay que considerarlo más normal que el que se produjo en invierno y gran parte de la primavera.

Para acabar, septiembre tuvo un carácter muy húmedo, aunque las precipitaciones de septiembre fueron de corta duración, con fenómenos meteorológicos muy adversos, como reventones húmedos, que provocaron rachas muy fuertes de viento, violentas granizadas y lluvias torrenciales muy focalizadas.

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