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Cómo evitar un golpe de calor en los perros

Cómo evitar un golpe de calor en los perros
  • Al no disponer de glándulas sudoríparas repartidas por el cuerpo, únicamente pueden regular la temperatura mediante los jadeos

Aunque el verano se esté acabando, vamos a seguir con altas temperaturas estivales, tanto nosotros como nuestras mascotas. Y es que a causa del calor y una mala prevención, a veces se pueden ocasionarnos serios disgustos en lo que respecta a la salud de los perros.

Los perros, al no disponer de glándulas sudoríparas repartidas por el cuerpo, únicamente pueden regular la temperatura mediante los jadeos, y eliminar el sudor a través de las almohadillas de sus patas, proceso que de por sí es lento. Por lo tanto, si la temperatura de sus cuerpos aumenta, pueden sufrir un golpe de calor, habiendo 1 de cada 3 casos con consecuencias irreversibles.

La aceleración del ritmo cardiaco del perro, acompañada de jadeos con presencia de babas, y de una respiración rápida y nerviosa, son algunos de los síntomas de un golpe de calor en perros más evidentes. A estos comportamientos, suelen añadirse otros de igual importancia:

  • Un golpe de calor en perros puede conllevar que su temperatura corporal alcance más de 42ºC, teniendo en cuenta que el nivel medio óptimo en perros es alrededor de 38 a 39ºC.
  • Se produce una disminución de azúcar y sales en su cuerpo, que puede manifestarse mediante la presencia de temblores, debilidad muscular y falta de equilibrio. En algunos casos, también pueden presentarse vómitos y diarreas.
  • Sus mucosas y encías pueden adquirir un color azulado debido a la falta de oxigenación en sangre.
  • El perro puede llegar a perder la conciencia, y sufrir daños mayores tales como hemorragias, insuficiencia renal o hepática, daño cerebral, e incluso fallo multiorgánico.

Si detectas algunos de estos síntomas en tu mascota, es probable que esté sufriendo un golpe de calor. Si te encuentras en esta situación, primero aplica la calma, y actua de forma rápida y eficiente. Puedes aplicarle unos primeros auxilios que le serán de gran utilidad. El primer objetivo es hacer que su temperatura corporal descienda, por lo que es conveniente ir mojándolo continuamente con agua templada. Evita cubrirlo con toallas, o someterlo a medidas extremas (baño en agua muy fría o uso de cubitos), sin prescripción veterinaria, porque puedes generarle el efecto contrario. También debes intentar que vaya bebiendo agua fresca pero sin acelerarse. Ni mucha, ni muy rápido, para que vayan estabilizándose sus niveles de hidratación.

Pautas para evitarlo

  • Nunca dejes a tu perro sólo dentro del coche. Aunque se trate de pocos minutos, tu vehículo puede convertirse en un auténtico horno para él.
  • Activa el aire acondicionado cuando os desplacéis en coche, y evita que tu perro esté expuesto directamente al sol.
  • Tanto si estáis disfrutando de una jornada de playa o de montaña, huye de las horas de mayor calor o humedad. En el caso de la playa, combina momentos de baño con otros de descanso en la sombra (equípate siempre con una sombrilla). Y si a tu perro no le gusta el agua, o es de los que se emocionan corriendo por el campo, ten siempre a mano un bebedero portátil con agua limpia y fresca, y ves mojándolo cada poco tiempo.
  • Si tu perro es de una raza con abundante pelo, piensa que un buen corte de pelo veraniego puede disminuir su sensación de calor y, en consecuencia, ayudarlo a que soporte mejor las altas temperaturas del periodo estival.
  • Por último, ten especial cuidado si tu perro es de facciones chatas, ya que estas razas, por sus características en términos de respiración, están más expuestas a desarrollar mayores complicaciones ante un golpe de calor.

Si los síntomas vuelven o persisten, acude de inmediato al veterinario. Seguramente, el profesional explorará al animal con detenimiento, controlará su situación para mantenerlo fuera de peligro, y le realizará análisis de sangre con el fin de determinar si se ha producido alguna afectación orgánica. 

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