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LA CRUZ DE LOS CAÍDOS

Alta tensión en la retirada de la Cruz del Ribalta de Castelló con empujones y amenazas de muerte

Alta tensión en la retirada de la Cruz del Ribalta de Castelló con empujones y amenazas de muerte

    El parque Ribalta de Castelló ha vivido este martes una mañana de alta tensión por la retirada de la Cruz. Hasta el lugar se ha acercado una multitud de personas, tanto de detractores como de defensores de esta decisión, en un día que se vive como un dejà vu de aquel 3 de agosto en el que se intentó por primera vez su retirada.

    La manifestación convocada por la Asociación de Amigos del Parque Ribalta y secundada por el Partido Popular ha vivido momentos de tensión, insultos e incluso empujones. Especialmente tenso ha sido el momento en el que un grupo de ultraderecha se ha enfrentado a varios defensores de la retirada, con amenazas de muerte incluidas. La llegada de los concejales de Compromís también ha sido recibida con gritos y amenazas.


    Una mujer, por su parte, ha intentado cruzar la valla de protección para acceder a la Cruz, pero ha sido sacada del recinto arrastras por la Policía Nacional. Otro grupo de católicos ha optado por rezar ante el lábaro, mientras que miembros de las Brigades Antifeixistes han desplegado una pancarta. 

    No es la primera, este martes por la tarde la Policía Local identificó al presidente de la Asociación de Amigos de la Cruz cuando intentaba encadenarse con unas esposas al monumento.

    En el ambiente, acusaciones cruzadas y llamamientos al boicot para la empresa que lleva a cabo las obras.


    La portavoz popular en el Ayuntamiento, Begoña Carrasco, ha acusado al gobierno municipal de generar este ambiente con la retirada de este símbolo, al tiempo que ha recordado que un plenario de 1979 resignificó el monumento construido en plena posguerra como la Cruz de los Caídos. En este sentido, Carrasco ha recordado que una cruz similar fue significada por el plenario de la vecina Vila-real, por lo que su Ayuntamiento ha optado por solicitar su retirada del Catálogo de Vestigios Franquistas.

    Por parte de Abogados Cristianos, Norberto Domínguez, ha informado ante los medios de que su asociación ha vuelto a solicitar medidas cautelarísimas en el juzgado ante la inminencia de la retirada y ha criticado la "crispación" generada por la retirada del monumento.


    Finalmente, tras una larga jornada, la cruz ha vencido a las 18.17 horas y ha sido trasladada en un camión hasta su nueva ubicación dentro de la capital.

    A la tercera va la vencida

    Esta vez se ha cumplido el dicho y a la tercera ha sido la vencida. Y es que tras dos intentos infructuosos, la Cruz del parque Ribalta de Castelló ha podido ser retirada.

    El vía crucis para retirar la cruz ha tenido tres estaciones. La primera licitación se inició en verano, cuando se esperaba la retirada del monumento. Sin embargo, la empresa que ganó esta primera adjudicación, Solaris Purgaret, pidió retrasar el inicio de los trabajos alegando que había un contencioso judicial en marcha.

    Finalmente, ante los retrasos de la empresa, el Ayuntamiento decidió resolver el contrato con la compañía, que será multada por incumplir las obligaciones que adquirió. Además, sorprendió saber que esta empresa no había tenido ninguna actividad desde su creación el año pasado. Una anómala situación que acrecentó las sospechas del consistorio mientras los plazos de ejecución corrían sin que comenzasen las obras.

    Así, el ayuntamiento volvió a la casilla de salida con segunda licitación también resultó infructuosa, ya que ninguna empresa se presentó para llevar a cabo los trabajos. En esta segunda licitación el ayuntamiento se protegió frente a empresas fantasmas como Solaris Purgaret pidiendo mayores requisitos técnicos y experiencia en los últimos cinco años y sacó la licitación con el mismo presupuesto, de 58.914 euros, pero quedó desierta.

    Desde 2018 intentando retirarla

    La retirada de este símbolo, calificado como Vestigio Franquista por el catálogo de la Conselleria, no ha sido un camino de rosas para el consistorio, con un proceso iniciado en 2018 y que se ha encontrado con múltiples palos en las ruedas.

    La decena de acciones judiciales iniciadas por la Asociación de Abogados Cristianos, que está llevando a cabo su particular guerra contra la retirada de esta cruz, han retrasado hasta este 2023 su retirada.

    Restituir el jardín original

    El proyecto plantea la retirada y restitución del jardín original y se deberían de poder realizar en seis semanas. Primero se tendría que construir el armazón de encofrado para transportar la cruz hasta su nueva ubicación, en la iglesia de Rafalafena, sin que sufra desperfectos.

    Posteriormente, la idea es recuperar el jardín original de 1926, que ocupaba el espacio donde ahora está la cruz y su escalinata.

    El 3 de agosto era el día anunciado para empezar las obras, tras cuatro años de contenciosos judiciales y 79 años de cruz en el parque Ribalta. El Ayuntamiento anunciaba el día D dando luz verde a las obras.

    Ese día, dos manifestaciones encontradas de detractores y defensores se dieron cita frente a la cruz para dar su ‘adiós’ particular a la cruz, unos alegres de ver desaparecer este monumento tras casi un siglo de existencia y otros que defendían que la cruz debía permanecer donde se encuentra.

    Pero todo quedó en suspenso varios meses más. Finalmente, la escena se ha repetido este 4 de enero, cuando definitivamente se ha podido retirar.

    El debate sobre la Cruz de los Caídos

    El Ayuntamiento insiste en que lo hace en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática, al constar este homenaje en el catálogo de vestigios de la dictadura franquista, ya que la Cruz de los Caídos de Castellón fue erigida en plena posguerra, instalada en este céntrico parque en el año 1947 para recordar a los caídos del bando franquista.

    Sin embargo, los partidos de la derecha recuerdan que el conjunto de la Cruz de los Caídos fue resignificado y desprovisto de símbolos de la dictadura mediante un acuerdo plenario del ayuntamiento de 1979.

    No obstante, desde el consistorio la regidora Verónica Ruiz explicó que el monumento “aún provoca confrontación” ya que se siguen produciendo exaltaciones del fascismo cada 20 de noviembre, efeméride de la muerte de Francisco Franco.

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