El anteproyecto de Ley de Residuos pone en riesgo 6.000 puestos de trabajo en la Comunitat Valenciana

La Asociación de Envasadoras de Agua y Refrescos de la Comunitat Valenciana (AEARCV) que engloba a las empresas San Benedetto, Cortes, Agua de Benassal, Orotana, La Flor del Xúquer, Font Salem, Refresco y Agua de Chóvar considera que el anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados aprobado por el Gobierno y que está en tramitación pone en peligro 6.000 empleos directos e indirectos en la Comunitat Valenciana.

El anteproyecto de ley plantea la reducción del consumo de agua mineral en envases de un solo uso en las administraciones públicas y en establecimientos de restauración, lo que para la AEARCV es “un agravio comparativo frente a otros productos que no tienen limitada su comercialización”.

Además, la norma en tramitación fija la creación de una figura impositiva que gravaría el uso de envases de plástico no reutilizables. Para la asociación valenciana de envasadoras de agua y refrescos, este gravamen “se añadiría al coste que supone el pago del Punto Verde para gestionar los residuos, teniendo un gran impacto en la estructura de costes del sector cuyo producto tiene un precio muy reducido en comparación con otras bebidas”.

Desde la AEARCV recuerdan que la Unión Europea ya ha anunciado un impuesto europeo al depósito de plásticos en vertedero, por lo que “el impuesto español representaría una doble imposición”.

Asimismo, el anteproyecto de ley obliga a la incorporación de plástico reciclado en las botellas de bebida de un 25% en 2025 y del 30% en 2030. En este sentido, la asociación valenciana de embotelladoras de agua señala que “la capacidad industrial instalada en España de plástico reciclado de botellas de bebidas es insuficiente para cubrir la demanda”.

Por ello, la AEARCV propone que se reduzca el tipo impositivo y que se implante gradualmente, que los envases industriales que no llegan al consumidor y se gestionan correctamente a través de un gestor autorizado estén exentos del gravamen, reducir la cantidad de plástico reciclado, medidas incentivadoras y no impositivas y que la recaudación del impuesto, si no se elimina, se destine a fines ambientales, especialmente a la gestión de residuos.