La conselleria de Medio Ambiente instala trampas en las moreras del recinto ferial
Técnicos de la conselleria de Medio Ambiente han visitado esta mañana la localidad de Almenara para instalar en las moreras del aparcamiento y recinto ferial una serie de trampas para poder capturar los ejemplares de escarabajo asiático “matamoreras” que se ha detectado en diversas moreras del recinto y que provoca daños en los árboles que pueden resultar irreparables.
Según ha informado la alcaldesa, Estíbaliz Pérez, desde la conselleria están trabajando en esta plaga detectada en el aparcamiento público de la localidad, pero no obstante, se han revisado las principales zonas de moreras del municipio, como els Estanys, que “afortunadamente no están afectadas”. En 20 días volverán a recoger las trampas y realizar las pertinentes valoraciones. Además los técnicos de la conselleria también se han llevado un árbol completo que se ha talado dada su severa afección para su análisis y estudio, con el objeto de buscar medidas para combatir la plaga. Además, el Ayuntamiento de Almenara está contactando con empresas especializadas que están actuando en las localidades vecinas del Camp de Morvedre donde también se ha detectado este escarabajo-avispa “matamoreras”.
El conocido como “escarabajo-avispa barrenador de las moreras” ya ha sido detectado anteriormente en otras localidades próximas del Camp de Morvedre y ahora también se ha advertido de su presencia en Almenara. Se trata de una especie invasora asiática (como el mosquito tigre, el picudo rojo o la avispa asiática) y todo apunta a que llegó en 2012 en unos palés. Además de la zona del Camp de Morvedre y Almenara, también se ha detectado en un área de Catalunya. El escarabajo asiático no solo afecta a las moreras, sino también a perales, manzanos y vides.
Estos escarabajos barrenadores de moreras provienen de China, Taiwan o Japón. El insecto, mide entre 15 y 25 milímetros de longitud, tiene un estampado amarillo y negro, y el ruido que emite cuando se siente amenazado hace que se confunda con una avispa común. Se alimenta de la parte externa del tronco y las ramas del árbol, lo que interrumpe el flujo de savia de la morera hasta que le causa la muerte. Las larvas hibernan y en julio es cuando aparecen los ejemplares adultos, por lo que no es hasta un año después de infectarse, cuando dejan marcas en el tronco, y se puede detectar externamente la infección del árbol. Es por ello que aparentemente los árboles pueden parecer sanos, pero poco a poco la falta de savia en el ejemplar provoca su muerte.
