Almassora valla viviendas abandonadas en la playa por seguridad
El departamento de Urbanismo ha contratado a una empresa de Almassora, Cerama Urbana, para el vallado exterior de la promoción de viviendas abandonadas más grande de Pla de la Torre por motivos de seguridad. La concejala del área, Carmina Martinavarro, ha cifrado en más de 8.700 euros la inversión municipal realizada para atender la demanda del vecindario de la playa ante la degradación de los adosados sin estrenar desde hace años.
La edil ha visitado esta mañana el complejo que quedó en construcción en la avenida Mediterránea y que ha sido objeto de una actuación a cargo de las arcas municipales para impedir el acceso a personas ajenas a la propiedad. Además del vallado del perímetro exterior, el consistorio ha retirado los elementos de obra que la constructora dejó en la vía pública y que impedían el paso por las aceras. También ha cubierto las zanjas en la calzada y ha tapado las cajas exteriores que contenían cableado.
El abandono de la promoción Arena Blanca del Grupo Prolán 2005 “motivó numerosas molestias a los vecinos de la zona: primero por los robos de material y de todo tipo de mobiliario, y también por la posibilidad de que personas ajenas a la propiedad ocupen las viviendas de forma irregular, creando problemas de convivencia”, en palabras de Martinavarro.
Por este motivo, su departamento, ante el desinterés de la constructora por hacerse cargo de los desperfectos y vallar el perímetro exterior, decidió contratar los servicios de una empresa local para atajar la inseguridad en una promoción que dejó abandonadas más de 30 viviendas en la avenida Mediterránea de la playa de Almassora. “Es la evidencia del daño social y económico que dejó la especulación urbanística en nuestra costa durante los años de la construcción desaforada que, en muchos casos, no llegó a buen puerto”, según la edil.
Cierre de solares
En este sentido, su departamento también se ha ocupado de oficio del cierre de solares de titularidad privada ante la desidia de los propietarios del suelo. Las dificultades para localizar sus domicilios sociales y el desinterés por asumir la limpieza de los terrenos pese a la notificación municipal ha llevado al vallado de varios espacios como el ubicado frente al colegio Errando Vilar con coste para las arcas municipales. “Prima el interés general por higiene y salubridad junto a un centro escolar por el que transitan cada día centenares de niños”, según la edil.
