La Basílica de la Virgen cerró sus puertas a medianoche tras el besamano más multitudinario en ocho años
A las 0.20 horas pasó el último de los cerca de 27.000 participantes
La Basílica de la Virgen de los Desamparados cerró sus puertas la pasada medianoche tras salir del templo la última de las personas que participaron en el besamano de ayer a la patrona de Valencia.
A las 0.20 horas de esta medianoche, pasaba el último de los cerca de 27.000 devotos que participaron este año, “lo que lo convierte en la jornada más prolongada y multitudinaria vivida en estos ocho años de besamano”, según ha indicado hoy a la agencia AVAN el presidente de la Hermandad de Seguidores de la Virgen, Juan Arturo Devís.
Más de 17 horas tuvieron que permanecer abiertas las puertas de la Basílica para acoger a la cola de fieles para entrar en el templo, “que llegó a superar el kilómetro y medio de longitud y las más de dos horas de espera”.
La fila superó por momentos las 500 vallas dispuestas por la Policía Local a lo ancho de la plaza de la Virgen y llegó hasta mitad de la calle Micalet.
El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, también acudió a la Basílica de la Virgen a última hora de la tarde para participar en el besamano público. El prelado oró en silencio unos instantes ante la imagen peregrina de la patrona de Valencia y besó la mano de la Virgen y del Niño Jesús.
A la salida del templo, fue saludado por las personas que se disponían a entrar después de haber aguardado en fila durante más de tres horas y les expresaron su admiración.
"Qué grandes sois por la fe y por el amor que tenéis a la Mare de Déu", les dijo el prelado, que aseguró que "es impresionante ver la plaza llena de gente por besar la mano de la Virgen, la alegría con la que vienen y que no les importe estar tantas horas de pie".
La imagen de la Mare de Déu fue ubicada a la entrada del presbiterio de la Basílica en el centro del altar mayor, a la misma altura que las personas que se acercaban a besarle la mano.
Por su parte, la imagen original de la Virgen de los Desamparados que preside el altar mayor permaneció girada hacia su camarín, donde tuvo lugar el culto ordinario durante todo el día. A los participantes se les entregó una estampa editada especialmente para este año, con la imagen de la Virgen perteneciente a un óleo del siglo XIX recientemente restaurado.
