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El IVAM desarrolla talleres didácticos sobre la escultura de su colección

  • El taller se dedica a la iniciación de los alumnos en el ensamblaje en pequeño formato y se centra en la obra de Esteban Vicente

  • La segunda parte del taller se articulará en torno a la pieza Cabeza con dientes de Julio González

El Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) está desarrollando el Taller Didáctico La escultura en la Colección del IVAM que podrá ser visitado hasta el próximo 21 junio.

Hasta el 3 de mayo, el taller se dedica a la iniciación de los alumnos en el ensamblaje en pequeño formato. Para ello, el taller se centra en la obra de Esteban Vicente, los Divertimentos o Toys  esculturas de madera, de tamaño reducido- que permiten a los alumnos trabajar a la misma escala en la que trabajó el artista. Estas pequeñas esculturas se caracterizan por su carácter lúdico, lo que permite que los alumnos expresen su frescura y espontaneidad a través sus creaciones.

Los alumnos del taller disponen de una gran variedad de pequeñas piezas de madera y cartón, que pueden ensamblar libremente creando diminutas figuras, zoomórficas o abstractas. El taller está dividido en cuatro módulos de trabajo que hacen alusión a las cuatro estaciones del año, cada uno con los colores propios de cada estación. Dependiendo del lugar del taller que hayan elegido, los alumnos dispondrán de una paleta de colores diferentes, con la que colorearán las piezas ensambladas, imitando la policromía y el homenaje a la naturaleza de las tallas de Esteban Vicente.

A partir del 3 de mayo el trabajo se articulará en torno a la pieza Cabeza con dientes de Julio González. A partir de un vídeo que muestra, a través de dibujos del artista, el proceso que va de la figuración a la abstracción, los alumnos realizarán dibujos preparatorios, en los que se trabajará sobre el rostro. Serán dibujos de escultor, similares a los que realizaba Julio González, en los que prima el conocimiento tridimensional de los rasgos sobre la apariencia visual, y en los que el trazo es prescriptivo más que descriptivo, indicando qué es lo que se puede hacer con la materia escultórica. Se trata de que los alumnos realicen un proceso de abstracción de las formas hasta llegar a lo esencial; los dibujos deben sugerir más que describir.

Julio González creó un estilo directo y transformó la realidad en signos, que pueden ser vistos en un primer momento desde la abstracción, aunque con una mirada más atenta se descubre que poseen un trasfondo figurativo, resistiéndose a la abstracción pura. Hacia 1926, dio un paso decisivo al decidirse a recortar la plancha de metal que hasta entonces se había tratado como una superficie inviolable. Esta técnica del “découpage” dio lugar a una serie de máscaras en las que el escultor llegó a crear un lenguaje personal.

La evolución de su escultura apareció marcada por el deseo de emanciparse del plano para conquistar el espacio. A partir de las máscaras, el escultor exploró el motivo de la cabeza humana: el rostro, representado por un plano recortado y adosado a un cilindro vacío, que figura la concavidad del cráneo.

El artista hizo uso de nuevas técnicas para forjar, soldar, ensamblar o cortar el metal. Los alumnos del taller  trabajarán, a partir de una plancha de cartón coloreado para que su aspecto se asemeje a del hierro, soldándolo, ensamblándolo, doblándolo, cortándolo, siguiendo los dibujos preparatorios como patrón. Se emplearán los planos esenciales y los elementos más significativos, intentando proyectar el espacio y unirlo a la materia, creando volumen a partir de los planos previos en los que el rostro ha sido sintetizado.

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