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La enfermera gestora de casos del Hospital General de Valencia cumple un año

La enfermera gestora de casos del Hospital General de Valencia cumple un año
  • Un estudio retrospectivo de 22.230 altas hospitalarias mostró que en el 35% de los casos se produjo algún reingreso

  • En este grupo de altas se detectaron 4.342 episodios con varios ingresos de pacientes

  • Para agilizar la atención del paciente crónico polipatológico el Hospital General ha puesto en marcha la interconsulta hospitalaria electrónica

El Hospital General de Valencia introdujo hace un año la figura de la Enfermera gestora de casos hospitalarios (EGCH) como una iniciativa orientada a garantizar la continuidad de los cuidados para el paciente complejo crónico y paliativo en su centro de atención primaria. Este perfil profesional se está implantando en el ámbito de la asistencia sanitaria española, tanto en el nivel hospitalario como en el comunitario. Su función se ha mostrado altamente eficaz por su contribución a la disminución de reingresos y por la mejora de la eficiencia asistencial, y todo ello a través de un elemento clave: potenciar la continuidad de los cuidados.

Para llevar a cabo su labor, sigue un proceso protocolizado para captar, atender y hacer el seguimiento de pacientes complejos crónicos, que precisan una atención especial que asegure la continuidad de la atención a través de los profesionales de Atención Primaria, una vez son dados de alta en el hospital y actuando como enlace con todos los niveles asistenciales.

Esta captación se realiza a través de visitas personalizadas con entrevista al paciente, estudio de necesidades y contacto con los familiares. Tras la visita, se les entrega un folleto con la descripción del papel de la enfermera y un teléfono de localización permanente para consultar cualquier tipo de duda. Este proceso ha mejorado desde el pasado mes de junio, tras la creación de la modalidad de interconsulta por vía electrónica, desde cualquiera de las plantas donde están hospitalizados este tipo de pacientes, lo que posibilita una mayor rapidez y una mejora en los registros de actividad enfermera.

En el caso de la enfermera gestora del General, destaca el estudio previo que ha llevado a cabo sobre el conjunto de la población adscrita a su departamento de salud. Un análisis de 22.230 altas hospitalarias durante 2011, le permitió detectar 4.342 episodios con varios ingresos por paciente. De ellos el 51% con un ingreso y hasta un caso con ocho reingresos. Del total de altas el 35% fueron episodios con reingresos. Estos datos mostraban la necesidad de una atención más cercana, al tiempo que coordinada entre todos los profesionales, de primaria y especializada, en orden a mejorar la eficacia y eficiencia en la asistencia y en la continuidad de los cuidados.

El rol de la enfermera gestora de casos
La actuación de la enfermera gestora de casos se centra en una población diana caracterizada por ser pacientes mayores de 65 años, con patologías crónicas avanzadas en algunos casos polipatológicos y polimedicados y con necesidad de cuidados paliativos, ocasionalmente con problemas sociales, alto uso inapropiado de los servicios de urgencias y multiingresadores hospitalarios. A estas características se añade la dependencia de sus cuidadores que pueden presentar, en ocasiones, fragilidad estructural por sus propias condiciones personales (de salud, económicas o familiares).

El objetivo de su trabajo es lograr el mayor control de los pacientes en sus domicilios, de modo que sea posible generar periodos de estabilidad más largos. Con este tipo de atención y seguimiento, que se hace de modo coordinado con los profesionales del área de atención primaria y hospitalaria, se consigue reducir el número de descompensaciones y mejorar el control sintomático, así como la calidad de vida del paciente, al tiempo que se reduce el consumo derivado de los periodos de empeoramiento de su salud al estar bajo mejores cuidados.

Es destacable el uso de distintas herramientas de valoración como la escala de complejidad de manejo clínico y de manejo comunitario o la consideración del cuidador como paciente secundario, a quien se le proporciona apoyo para mejorar su calidad de vida y disminuir el impacto negativo sobre su salud. El grado de complejidad se estima a partir de la valoración del paciente, sus cuidadores y su entorno en combinación con los datos sobre manejo clínico y comunitario. Esta valoración será el punto de partida para la toma de decisiones más apropiadas para el paciente, que siempre será el centro de todo el proceso de atención.

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