Laura Freixas: “Pensaba que la cultura estaba más allá del machismo, pero me di de bruces”

Con motivo del acto que todos los años organiza la Federació de Dones Progressistes en la Fira del Llibre, la escritora Laura Freixas (Barcelona, 1958) ha presentado esta tarde su último libro, Todos llevan máscaras. Diarios 1995-96 (Errata Naturae), una recopilación de sus vivencias y sentimientos más personales durante este periodo, que supone la continuación de Una vida subterránea. Diarios 1991-94. Para Freixas es un honor protagonizar este evento que “demuestra la sintonía entre los propósitos de la Federació y mi propia obra, porque este libro en particular muestra un aspecto poco presente en la literatura como son los diarios íntimos de mujeres”.

La presidenta de la Federació, Julia Sevilla, y la ex ministra de Cultura, Carmen Alborch, han acompañado a Freixas en la presentación. Sevilla destaca la trayectoria tanto literaria como feminista de la autora, “alguien que además se ha preocupado por fomentar y difundir la literatura escrita por mujeres”. Alborch, por su parte, resalta que Freixas es "una mujer crítica y de gran cultura". "Hace unas reflexiones con las con las que te puedes sentir muy identificada, sobre la maternidad, el éxito, la fama, el amor, la literatura", afirma la ex ministra, para quien el libro "funciona como una especie de espejo".

El paso de los años hizo que Laura Freixas comenzara a ver en sus diarios “menos intimidad y más literatura”. Además se había adentrado en la investigación de la representación de las mujeres en la cultura: “Se conoce muy poco de ellas y lo que han escrito. Tenía que intentar publicar el diario de una mujer”. Todos llevan máscaras aborda el paso de la juventud a la madurez, tanto vital como literaria, de la autora. Su llegada a Madrid en busca de editor de su primera novela coincide con su estreno en la maternidad. “Me abría paso como escritora y me di cuenta de que en el mundo literario todo el mundo hace teatro para ocultar sentimientos como el fracaso”, explica. Durante estos años, Freixas advirtió otra realidad: “Pensaba que la cultura estaba más allá del machismo y me di de bruces”. Esta constatación, junto con el hecho de no encontrar libros sobre la experiencia del embarazo cuando ella misma estaba gestando, fue determinante para pasar a la acción feminista: “No podía seguir adelante sin preocuparme por eso. Tenía que actuar y aliarme con otras mujeres”.

“La mujer en la cultura es un tema que me obsesiona”, confiesa Freixas. Defiende que “hacen falta más mujeres en los puestos de decisión para visibilizar a otras que estuvieron allí, como las mujeres de la Generación del 27”.  Asimismo explica que “la concepción del autor intelectual pone de manifiesto que en la ideología patriarcal las obras del espíritu están reservadas al hombre; y las obras de procreación a las mujeres, cuando la mujer puede crear ambas”. En este sentido considera: “Mi diario va a contracorriente.” Para la escritora, mujeres y hombres deben "ponerse las gafas violetas". “Feminismo es democracia, es igualdad, es libertad. Los hombres que defienden estos valores también deben actuar", afirma.

Laura Freixas se licenció en Derecho por la Universidad de Barcelona y realizó estudios de postgrado en l'Ecole des Hautes Etudes de París. Actualmente, compagina su labor como escritora con colaboraciones en prensa. Es autora de tres novelas: Último domingo en Londres, Entre amigas y Amor o lo que sea, y de dos libros de relatos: El asesino en la muñeca y Cuentos a los cuarenta. Además, ha publicado el ensayo Literatura y mujeres, así como la antología Madres e hijas. Como activista feminista es fundadora de la asociación por la igualdad de género en la cultura “Clásicas y modernas” y miembro de la Federación Nacional de Mujeres Progresistas. También imparte conferencias sobre feminismo en congresos y centros educativos.