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La falta de sexo envejece

La falta de sexo envejece
  • Investigadores de la Universitat de València platean estudiar si el coste fisiológico de la frustración sexual puede acelerar la evolución

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La falta de sexo envejece - (foto 2)

Existen muchos estudios en torno a la reproducción. El último tiene sello valenciano y pretende demostrar que la falta de sexo envejece. Un equipo de investigación del Institut Cavanilles de la Universitat de València platea estudiar si el coste fisiológico de la frustración sexual puede acelerar la evolución.

La propuesta del grupo investigador valenciano nace a raíz de un trabajo internacional publicado recientemente donde se ha demostrado que la frustración sexual ha acelerado el envejecimiento en la mosca del vinagre entre un 15 y un 20%.

"Lo que pretendemos es llamar la atención de la comunidad científica sobre lo que estos descubrimientos podrían significar en términos de cómo de intensa es la selección sexual (acceso preferencial a la reproducción)", afirma Pau Carazo, miembro de este equipo de investigación formado también por Roberto García-Roa, Zahida Sultanova y Manuel Serra.

Una investigación que iría más allá del sexo para adentrarse en la selección natural y la teoría de la evolución: "Cuando un macho de esta especie detecta la presencia de una hembra, se ponen en marcha mecanismos fisiológicos que lo preparan para competir contra otros machos y reproducirse. Si no consigue emparejarse, estas expectativas frustradas provocan que su esperanza de vida se reduzca alrededor de entre un 15 y un 20%", indica Zahida Sultanova, estudiante de doctorado, investigadora y también firmante de la carta.

A escala humana esto significaría una reducción de unos quince años. Y aunque de momento se ha estudiado en pocas especies, los mecanismos fisiológicos de este tipo de envejecimiento parecen muy conservados, lo cual hace suponer que podría tratarse de un fenómeno muy extendido entre los animales, según el equipo investigador.

"Los biólogos evolucionistas están muy interesados en determinar la intensidad de la evolución por selección darwiniana. Es crucial para explicar cómo las poblaciones consiguen un ajuste entre sus genes y las condiciones del ambiente, y cómo se da la divergencia genética entre poblaciones, el paso inicial para la aparición de nuevas especies", apunta Manuel Serra.

Equipo de investigación

Pau Carazo es el investigador principal de la unidad de Comportamiento y Evolución, perteneciendo al Laboratorio de Etología, a la cual también pertenecen Zahida Sultanova y Roberto García-Roa. Esta unidad está interesada en la evolución y función del comportamiento, y en su papel como motor de cambio evolutivo. Actualmente su principal línea de investigación es la evolución del conflicto sexual y los factores que lo modulan (el envejecimiento, la selección por parentesco, o la ecología), usando la especie modelo Drosophila melanogaster.

Manuel Serra dirige el laboratorio de Ecología Evolutiva, el cual investiga en ecología de poblaciones y evolutiva utilizando invertebrados acuáticos como organismos modelo. Sus investigaciones actuales se centran en la adaptación diferencial en poblaciones de una misma especie al grado de incertidumbre ambiental de los lugares que habitan. Estas adaptaciones implican el ajuste del ciclo vital a la alternancia de fases favorables y adversas.

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