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La Biblioteca Històrica de la Universitat de València expone el primer libro impreso en València hace ahora 550 años

La Biblioteca Històrica de la Universitat de València expone el primer libro impreso en València hace ahora 550 años

    La Biblioteca Històrica de la Universitat de València inaugura este jueves (25 de abril) en la sala Duc de Calàbria, la exposición Trobes: 550 años de la imprenta en Valencia comisariada por Antoni Furió, Rosa M. Gregori Roig y Pau Viciano.

    La muestra conmemora los 550 años de la llegada de la imprenta a Valencia, un hito en la historia y la cultura valencianas que abrió paso a la imprenta en España como industria editorial. El recorrido expositivo se articula en torno a dos salas, la sala Duc de Calàbria de la Biblioteca Històrica y la sala de Bigues, ubicadas en el edificio fundacional de la Universitat, que este año celebra 525 años.

    En 1474, a raíz de la convocatoria de un certamen poético, se publicaban en Valencia las Obres e trobes en lahors de la Verge Maria, el primer libro impreso en la Corona de Aragón y el primero de carácter literario de la Península.

    El invento de la imprenta tuvo lugar a mediados del siglo XV. Johannes Gutenberg imprimía en su taller tipográfico de Maguncia la Biblia de 42 líneas. A partir de este momento, Europa fue testigo de la gran revolución cultural que supuso esta nueva tecnología basada en la prensa de tipos móviles y que, en apenas veinte años, se difundía por Europa y llegaba a la ciudad del Turia.
    Por entonces, Valencia era la ciudad más habitada de la Península y un importante centro económico y financiero con un puerto muy activo que la conectaba con las principales rutas comerciales. La prosperidad económica de la ciudad se traducía en un esplendor artístico y literario, como así lo testimonian el edificio de la Lonja y el palacio de la Generalitat, entre otras grandes construcciones de la centuria, y la pléyade de escritores (Ausiàs Marc, Joanot Martorell, Jaume Roig, Isabel de Villena, Joan Roís de Corella...) que hacen del Cuatrocientos el Siglo de Oro de les letras valencianas.

    En Valencia coincidían también los cuatro elementos que hicieron posible la introducción de la imprenta. En primer lugar, el mercader alemán Jacob Vizlant, representante de la Gran Compañía Mercantil de Ravensburg, que tuvo la idea de ampliar la oferta de mercaderías de su sociedad con un nuevo producto, el libro impreso. En segundo lugar, el tipógrafo Lambert Palmart, que Vizlant hizo venir a Valencia para imprimir los libros que fueran de interés. En tercer lugar, el dinamismo cultural de la capital valenciana y la existencia de un amplio público lector, capaz de adquirir y leer los libros que se imprimirían. Por último, la celebración en el mes de marzo del año 1474 de un certamen poético en alabanza a la Virgen María, convocado por el virrey Lluís Despuig y organizado por el poeta Bernat Fenollar, que consiguió reunir a cuarenta autores de diferentes estamentos sociales, dando lugar a una ocasión perfecta para que fuera este el primer libro que se imprimiría en Valencia.

    A partir de este momento, Valencia ya disponía de prensas, tipógrafos, así como de las herramientas para hacer libros y, en pocos años, ya estaba en condiciones de exportarlos. Se creaba así una nueva red de profesiones y actividades alrededor del libro impreso que iba desde los editores-libreros y los impresores hasta el público de lectores y lectoras que influyeron para que el nuevo libro impreso imitara a los manuscritos.

    Trobes: 550 años de la imprenta en Valencia muestra este proceso a través de un itinerario expositivo que se desarrolla en dos espacios singulares.

    En la sala Duc de Calàbria, junto al único ejemplar conocido de las Trobes, se muestran otros 17 incunables valencianos –obras impresas antes de 1501–. Es la primera vez que se expone esta selección de joyas incunables, en su mayoría obras raras o únicas conocidas, que forman parte del tesoro bibliográfico custodiado por la Biblioteca Històrica de la Universitat de València. Entre los incunables valencianos expuestos, se encuentran títulos como Lo primer llibre del Crestià (Lambert Palmart, 1483); Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell (Nicolás Spindeler, 1490); La vida de la sacratíssima Verge Maria, de Miquel Peres (Nicolás Spindeler, 1494); Lo quart del Cartoixà, por Joan Roís de Corella (Lope de la Roca, 1495; Pedro Hagenbach i Leonardo Hutz, 1495); Lo somni de Joan Joan, de Jaume Gassull (Lope de la Roca, 1497) o Regiment de la cosa pública, de Francesc Eiximenis (Cristóbal Cofman, 1499).

    En la sala de Bigues, se hace un recorrido por la historia de la imprenta. A través de audiovisuales y de la exposición de utensilios tipográficos, se realiza una incursión en el trabajo propio de un taller de imprenta. También se expone una copia del primer libro impreso en Europa, la Biblia de 42 líneas, y del plano de Antonio Mancelli, el más antiguo que se conoce de Valencia (1608), para reflejar el mundo de los impresores y los talleres activos en la época. El itinerario se cierra con una visión general sobre la repercusión de las Trobes a lo largo del tiempo y las dos conmemoraciones centenarias de su publicación realizadas en 1874 y 1974.

    Durante cuatro meses, Trobes: 550 ambienta dos de las salas del Centre Cultural La Nau para recordar el origen y evolución de una obra de gran relevancia en la historia y culturas valencianas.

    Como actividad complementaria, del 28 de abril al 26 de mayo, la réplica de la imprenta de Gutenberg (propiedad de la Asociación de Amigos del Museo de la Imprenta. Senado del Museo) permanecerá instalada a la entrada de la sala Duc de Calàbria y se mostrará su funcionamiento estampando la primera página del incunable de las Trobes, dentro del siguiente horario: martes, jueves y domingos, de 10 a 13 horas, y miércoles, de 16 a 19 horas.

    La exposición se podrá visitar en la sala Duc de Calàbria de la Biblioteca Històrica y en la sala de Bigues, ubicadas en el Centre Cultural La Nau, hasta al 8 de septiembre de 2024.

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