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Per Francisco Planelles
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La madre patria y sus engendros

    Buenos Aires, cuando la conocí, era la más próspera de las ciudades europeas. Agraciada por la naturaleza, “resuelto el problema indígena”. Argentina, en los años cincuenta, se vio favorecida por los conflictos internacionales que le aportaban una emigración pujante, emprendedora y de tal cantidad de oro que las bóvedas del Banco de la Nación le resultaban insuficientes para albergar tanta riqueza.

    La aristocracia porteña, tan poderosa como elitista, había sido desplazada por la “justicia” del Justicial-ismo. Con el Peron-ismo emergió un nacional-ismo que culminó en un estilo de política populista, mafiosa e irresponsable.

    “Los argentinos son todos una manga de ladrones”, sostuvo el ex presidente de Uruguay doctor Jorge Batlle. En lo personal, considero que no es tan así. El pueblo argentino es como cualquier otro pueblo: una pluma al viento.

    Si el general Leopoldo Galtieri hubiese tenido éxito con la invasión de Las Malvinas, hoy sería considerado un héroe nacional, y no como un déspota borracho.

    Cuando los capitales españoles llegaron a la Argentina lo hicieron en pleno conocimiento de la catadura moral y humana de los “señores” con los que iban a negociar. Considero, por lo tanto, que el Gobierno Español se ha equivocado en su planteo ante tal atropello. Su reacción me parece algo infantil.

    Resulta evidente que la decisión de expropiar a YPF por la “Sra. “Kristina” es un manotazo de ahogado que, al fracasar con los ingleses, se tuvo que conformar con los “gallegos”. Las fraudulentas manipulaciones del Kirchnerismo y sus aliados sitúan a la Argentina en uno de los países más inseguros para la inversión nacional e internacional.

    ¡Pobre de España si confía en sus aliados para que le saquen las papas del fuego!

    España está más desacreditada de lo que se merece, y la culpa es de los propios españoles que, después de de jinglar, se limpian el ombligo.

    Evidentemente España es un gran país que no conoce de límites. Los vagos, sinvergüenzas, oportunistas e ilusos se han cargado a la nación y seguramente lo harán con democracia. Y ahora, ¿qué? ¿Piensan acaso que se arregla todo cambiando los colores de una bandera o en la finita subdivisión de su territorio?

    Cuando nací, me consideraba español. Después, los gobiernos de los distintos “pueblos” me hicieron sentir que, en sus territorios, sólo era extranjero.

    ¿De los miembros de la Generalitat Valenciana? Mejor no opino.

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    comentaris 6 comentaris
    paco planelles
    paco planelles
    04/05/2012 07:05
    En Democrácia

    Apreciados José,Vigorhumus, Miguel y JP. De todo corazón les agradezco vuestros aportes los que por diversidad, tanto me enriquecen. Podran se puntos de vista distintos, pero la honestidad es comun.

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