Falseadores de cuentas y mentirosos crónicos
Por Jesús Salmeron.
En un excesivo número de ocasiones, los españoles y particularmente los valencianos, nos hemos visto perjudicados por la marabunta de complejas tramas y corruptelas pergeñadas por dirigentes del Partido Popular en la Comunidad Valenciana.
A la podredumbre demostrada dentro y fuera de las instituciones por parte del amplio abanico de cargos del PP juzgados y condenados, desde Gürtel a Brugal, el saqueo de Emarsa, el agujero económico de Radio Televisión Valenciana, o los últimos episodios vividos esta semana con el caso Trasgos o la contratación de empleados zombies de Ciegsa, cabe añadir la manipulación y falseamiento de las cuentas del déficit y deuda pública de la Comunitat Valenciana, que ha ratificado el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
La vergüenza y bochorno sentida por este columnista, compartida por todos los valencianos, a la vista de los dirigentes de un partido, que no solamente ha puesto a la Comunidad Valenciana en el farolillo rojo de la corrupción, sino que ha puesto las instituciones al servicio de sus espurios intereses, malversando el dinero del contribuyente y cuya pésima gestión y desmanes cometidos han cristalizado en una etapa de feroces recortes en sanidad y educación que ha sufrido nuestro territorio y que torticeramente han tratado de encubrir disfrazando los datos del déficit público, a fin de tapar la vorágine de corruptelas y desfalcos en que se encuentran inmerso el Partido Popular valenciano.
Podría decirse que incluso hicieron historia en la Comunidad Valenciana sí, pero no precisamente por traer la Fórmula 1 o la America's Cup a València, ni tampoco por los pelotazos y corruptelas que de éstos se derivaron, sino por encabezar el dudoso honor de ser la única región europea directamente condenada por mentir y manipular las cuentas y el déficit de nuestro territorio. De tal modo que mientras por un lado, se arrasaba y derrochaba vorazmente el erario público, por otro se escondían incesantemente facturas en los cajones, mientras las esperas en sanidad, los barracones y las listas de dependientes crecían desmesuradamente.
No obstante, la mayor gravedad de la manipulación, mentiras y fraude que hemos sufrido todos los valencianos, reside a juicio de este columnista, ya no solo en el hecho de que se falsearan las cuentas para poder seguir robando el dinero de todos los valencianos, sino en el silencio cómplice de quienes jamás alzaron la voz ni movieron un solo dedo ante la retorsión de las estadísticas del déficit valenciano, ni en Valencia ni mucho menos en Madrid.
Es por ello por lo que me pregunto qué podemos esperar de quienes callaron y no hicieron nada por poner solución a los desmanes cometidos por dirigentes del Partido Popular en la Comunidad Valenciana, qué legitimidad y principios o lecciones de gestión de los recursos públicos y sobre todo, qué futuro pueden ofrecer a los valencianos, quienes más allá de ser meros espectadores del saqueo de las arcas públicas valencianas, ignoraron y desprestigiaron a las propias instituciones valencianas cuando repetidamente se advertía, por la Sindicatura de Cuentas, de unos gastos no registrados de 1.900 millones de euros.
Se trata pues, de que los responsables paguen el precio de sus desmanes, su mala gestión y sus mentiras, lo que implica no solo abonar los 19 millones de euros impuestos por la justicia europea, sino saldar las cuentas con los valencianos pidiendo perdón y depurando responsabilidades a todos los niveles, empezando por sus máximos representantes, que se deriven de quienes tanto por acción como por omisión se han burlado y vivido a costa del dinero de todos los valencianos, haciendo de la corrupción su medio de vida.
