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Por Paco Ventura
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Agradecimiento y "Reflexiones"

    AGRADECIMIENTO
    Al iniciarme en esta columna, quiero agradecer a Berta Balaguer, Directora de elperiodic.com, la oportunidad que me brinda de poder opinar sobre aquellos temas relacionados con las costumbres y la cultura de nuestro Pueblo y Comarca.

    No quisiera caer en el error de manifestarme sobre temas que merecen un estudio amplio y unos conocimientos de los que puedo carecer, por cuanto, ni me corresponde, ni reflejaría el sentido que quiero darle a esta columna. Lo que si voy a intentar es transmitir mis opiniones sobre aquello que me lleva a reflexionar y que en ocasiones me confunde, y, como entiendo que la memoria de nuestra identidad se nutre con el fuego de la presencia, aquí me vais a tener de cuando en cuando.

    REFLEXIONES
    Cuentan algunas fábulas mitológicas que el tiempo es un antiguo invento del Sol.  El Sol, por la boca de una serpiente sagrada,  nace renovado cada día de las profundidades de la tierra para darnos su luz y vivir eternamente. A partir de esta premisa entiendo que, para no perdernos en el tiempo y poder vivir eternamente como el Sol, deberemos bajar a las profundidades de la tierra y conocer la oscuridad, para así buscar con más ansias la luz.

    Esta forma de ser, bajo mi punto de vista, tan solo representa el poder recoger todo aquello que no conocemos y que tal vez, algún día, se pierda mezclado con la lluvia y el viento.

    A partir de ahí, hoy, en mi inicio como columnista de elperiodic.com, quiero contaros lo que me ocurrió en cierta ocasión en una de esas escapadas familiares que, a los que vivimos arrimados a la costa, nos gusta hacer a Morella.

    Aquel día me encontré con un hombre mayor (al menos lo parecía) que, apoyado en su bastón, tomaba el sol en una esquina. Me separé del grupo familiar y me acerqué a él preguntándole ¿Es vosté d’ací? A lo que me respondió afirmativamente.

    Entablé conversación con él y noté, que al darme a conocer que no sabía leer ni escribir se ruborizaba. Inmediatamente reaccioné y le pregunté ¿Vol dir-me quantes plantes es crien per estes muntanyes i per a que serveixen? ¡Moltes, fill. Moltes! I et puc asegurar que conec les propietats de cada una d’elles. ¿Vols vindre a casa i te les ensenyaré? Como se me hacía tarde, me limité a “charlar” un ratito con él y conseguí con ello que me diera algunas explicaciones sobre las propiedades de las plantas que crecen en la zona. Os aseguro que pude comprobar la gran bondad que rebosaba aquel hombre y la confianza que mostró hacia mí, aun sin conocerme.

    Le manifesté mi agradecimiento, pues con él, y en tan breve espacio de tiempo, aprendí muchas cosas que no se aprenden  en los libros.

    A mí, por otra parte, me fue fácil entender sus explicaciones, pues quizás, con su relato, capté mejor las propiedades de las plantas. ¿Será porque no estoy a la altura de las nuevas técnicas y comprendo mejor a quien, según él, no sabía leer ni escribir?

    ¡No lo sé!  Procuraré reflexionar y os lo contaré en otra ocasión.

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