¿”Síndrome de Estocolmo" o "del Flautista de Hamenlin"?
Cuando me paro a analizar la reacción generalizada de los españoles ante la situación que vivimos, inmediatamente me vienen a la mente esos dos conceptos.
¿Hemos llegado los españoles, al punto de agradecerle al Presidente del Gobierno estos interminables meses que nos ha tenido en una situación de secuestro encubierto?
¿Vamos a sonreírle ahora esta incipiente libertad condicional que nos ofrece, en nombre de la misma salud ciudadana por la que nos privó de nuestras libertades individuales para poder ejercer nuestra defensa personalmente, a nuestro mejor criterio?
¿Aún no nos hemos dado cuenta más de cuarenta millones de españoles, de que ahora se va a lavar las manos como Pilatos, dejando las decisiones más importantes en manos de las Autoridades Autonómicas e incluso Municipales en temas de menor importancia, para no tener que afrontar él sus responsabilidades?
Por eso al evidente “Síndrome de Estocolmo” que aparentemente estamos sufriendo quienes aún disponemos de la suficiente capacidad de análisis de la situación, acompaño la posibilidad de que haya muchos españoles, mas manipulables y menos preclaros, que le seguirán como aquel ejercito de pequeños roedores siguieron al Flautista de Hamelin hasta el rio o el mar según nos explica el cuento, para ahogarse todos ellos y librar a la ciudad de tan peligrosos transmisores de la peste.
En el caso del flautista, se ahogaron todas las ratas y sólo sobrevivió él.
En nuestro caso, nos arruinaremos la inmensa mayoría de los españoles, por la ineptitud de nuestro Presidente del Gobierno, la mayoría de sus Ministros y Asesores, mientras ellos ya se han asegurado su futuro y el de varias generaciones de sus familias.
Pero lo más lamentable, es que por lo visto seguiremos haciéndole la ola, durante dos años más sin enterarnos de que nos lleva irremisiblemente, a ese triste punto “sin retorno”.
Quizás no nos merezcamos nada mejor, por nuestra indolencia y desacierto al depositar el voto siempre a favor de los enemigos de España, del tipo que sean.
No importa que sean Independentistas, Comunistas o “Sociolistos Sanchistas”.
Todos ellos tienen un mismo objetivo.
Acabar con la España Constitucional y la prueba más evidente la han dado los Indultados, explicando que no cejaran en su intento de destruir España.