¿Reunión del Gobierno español o el camarote de los hermanos Marx?
Cuando me ha llegado alguna foto de algún pleno de nuestro Consejo de Ministros, alrededor de una mesa de dimensiones estratosféricas, siempre me hago la misma pregunta.
¿Cuántos españoles normalmente formados e informados serían capaces de reconocer con nombres y apellidos a los allí reunidos?
Llevado de mi optimismo congénito, apostaría que ni la cuarta parte de los periodistas dedicados a información general y no afiliados al PSOE o a PODEMOS, serían capaces de completar correctamente la lista de presentes y ausentes en cada reunión del Gobierno.
Entre los dedicados a la información política y que viven de ella, probablemente me atrevería a decir que la mitad sabrían identificarles y la otra mitad tendría dificultades para no cometer errores.
Por supuesto, para el resto de los españoles, todos esos señores, no son más que una serie de vividores a los que les ha tocado EL GORDO de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, sin tener que invertir ni siquiera un euro, para comprar participaciones en ese sorteo político, en el que el único valor de mercado, es llevar en la boca y mordiéndolo muy fuerte un carnet del partido del capullo rojo, o la hoz y el martillo morado de los comunistas disfrazados de populistas de extrema izquierda.
Viven en una simbiosis tan evidente, que se retroalimentan entre ellos y pagan a precio de oro los apoyos de la derecha chupona y oportunista vasca y de todo el arco tanto de derechas como de extrema izquierda de un independentismo catalán, que no dan puntada sin hilo, para destruir la España de la Transición que tan espectaculares resultados nos había dado entre el último cuarto del siglo veinte y los primeros años del presente.
No sé, si el final de la presente pantomima, vendrá de una explosión provocada desde fuera o una implosión llevada a cabo por los dinamiteros que hoy forman parte interesada en ese Gobierno.
Es decir, si Europa va a cortarles las alas impidiendo la entrega de esos 140.000 millones de euros, por la serie ininterrumpida de incumplimientos que está llevando a cabo el equipo de PEDRO Y PABLO o porque haya una guerra fratricida entre PSOE, PODEMOS, INDEPENDENTISTAS CATALANES Y VASCOS y demás escoria política que nos gobierna actualmente, a la hora de repartirse “el botín europeo” sin dejar rastro de ese dinero ni solucionar el problema del paro y la miseria económica, ética y moral en la que nos han dejado.
No sé, si a ustedes queridos amigos o lectores les ocurre lo mismo que a mí.
Porque yo me siento “huérfano” de la clase política que fuera capaz de tomar las riendas y aplicar las medidas imprescindibles para solucionar los problemas que nos acucian a todos los españoles.
Seguro que hay españoles capacitados, para reconducir la presente la situación porque hay un empresariado inteligente que conoce las medidas a tomar, pero lamentablemente esos señores han encontrado su camino en la sociedad productiva.
Sólo los fracasados, los vividores y los trepas han acabado teniendo que dedicarse a la política para poder mal comer sin tener que robar o malversar.
Y entre ellos, los más indecentes, corruptos e inmorales, se han multiplicado como células cancerosas muy destructivas atacando todos los órganos más vitales de lo que podría ser una sociedad sana, responsable, emprendedora y trabajadora.
Lamentablemente son esos los que sientan en sillones de privilegio, en ese CAMAROTE DE LOS HERMANOS MARX, de los que les hablo.
Son muchos, pero ni uno sólo de ellos ha dado en su vida un ejemplo de inteligencia, laboriosidad, productividad y ética.
Dios les creo y ellos se han juntado para hacernos la vida imposible a todos, creando una sociedad subsidiada y hambrienta y sin recursos, para matar el hambre con las migajas que se les caen de las manos a ellos de sus orgías y banquetes políticos.
Con su pan se lo coman y ojala su pan este envenenado.
Esa es la opinión de un español indignado y harto que nació en la postguerra y ha vivido más de tres cuartos de siglo en todo el mundo, pero que en España nunca vio una situación tan deplorable como la actual.
Hasta la semana que viene amigos.