¿Puigdemont, el gitano y su cabra?
Cuando esta semana pasada y por enésima vez, he visto de nuevo al mal peinado político independentista catalán en la primera página de todos los periódicos de tirada nacional y muchos de las regionales, me ha venido a la mente el espectáculo que a mediados del siglo pasado, nos daban en muchos mercadillos de los pueblos de España, gitanos con cabras bien entrenadas, bailando en muchas plazas públicas españolas.
A los jóvenes, mi evocación no les dirá nada porque no lo conocieron, pero si tienen padres y sobre todo abuelos, estos podrán informarles de aquellos espectáculos gratuitos de los que disfrutábamos frecuentemente los niños y adolescentes de mi generación.
Bastaba un reproductor musical a bordo de unas ruedas, un gitano parlanchín y una cabra adiestrada para bailar en un equilibrio difícil de mantener sobre un palo fijo, para tener abobados a los niños y menos niños.
Luego pasaba el platillo y cada uno colaboraba con lo que buenamente podía en agradecimiento y así se ganaban el sustento y la supervivencia, el gitano y su cabra.
¿Es Puigdemont el GITANO, LA CABRA o el padre de la misma, que pretende vivir de la misma historia de siempre, pero sacando a pasear EL CUENTO EL INDEPENDENTISMO CATALÁN, cuando necesita llenarse los bolsillos de dinero, para seguir vegetando y complicándole la vida al ciudadano español, que parece condenado a tener que soportar este lamentable espectáculo cuando le apetece al fugitivo condenado por la Justicia Española?
¿Cómo es posible, que este indeseable pueda pasearse por toda Europa, sin que nadie se atreva a ponerle el cascabel al gato?
Antes fue en Waterlo, después en el Norte de Dinamarca, posteriormente creo que incluso en suelo alemán y ahora se presenta en el Alguer, en plena isla sarda y terreno italiano y europeo que en su día perteneció al Reino de Valencia y donde se hablaba valenciano, como en Napoles y Sicilia, para ridiculizar al Gobierno de España.
Se le detiene, amparándose en una Euro Orden que se sacó en su momento, pero a las pocas horas se le deja en libertad al presentarse dudas sobre la vigencia de la misma.
Me da una vergüenza ajena enorme, que este delincuente pueda poner siempre en jaque, a la Justicia Española, anticipándose en sus movimientos y encontrando siempre los resquicios legales incomprensibles, por los que poder escapar y eludir sus responsabilidades.
Como decía una canción del folklore español de los años setenta de Manolo Escobar, “yo soy un hombre del campo, que no entiendo ni se de letras”, pero les aseguro que ni de mí, ni de la mayoría de los españoles de bien como ustedes, este payaso se reiría como se lleva riendo de los Gobiernos de España varios años.
Estoy seguro, de que hay argumentos y procedimientos legales suficientes, para sacarle del panorama social y político español, si realmente hubiera voluntad política de hacerlo.
Lo demás son zarandajas y ganas de tenernos a los españoles entretenidos hablando de este “gitano y su cabra o su cabrón” porque ha envejecido, cuando nos suben la luz, los combustibles y los impuestos de una manera inadmisible.
Así lo veo y así expreso mi opinión.
Hasta la semana que viene amigos.
