La confirmación en los Salesianos
Mis amigos y los lectores que soléis seguir mis columnas de opinión, sabéis que me eduqué en este colegio a partir de mi juventud, por el que siento un cariño muy especial.
El viernes pasado, tuve la oportunidad de participar en la Ceremonia de la Confirmación en primera persona al ejercer de Padrino de mi nieto Oscar y la verdad es que disfruté muchísimo del ambiente parroquial del Colegio.
Empezando por al delegado del Sr. Obispo para impartir el Sacramento, un cura joven, dinámico, moderno e inteligente, que sin misticismos excesivos, supo explicarles a esos quinceañeros que se confirmaban, que la base de todo lo que estaban viviendo era EL AMOR.
Que siendo generosos siempre, dando sin esperar recompensa, atendiendo con una sonrisa y un gesto amable a todos los que nos rodean, respetando desde la cordialidad y la simpatía natural a todo el mundo y sobre todo amando en el más extenso sentido de la palabra, es como se consigue ser feliz e intentar ser artífice colateral de la felicidad de nuestros familiares y amigos.
A mí personalmente me encantó su homilía.
Pero también me sentí impresionado y encantado del trato de los catequistas con los confirmados y sus familias después de dos años atípicos de catequesis.
Ese trato alegre y desinhibido entre ellos, en el que no pude percibir ni un solo gesto desagradable y la invasión pacífica y ordenada del Altar Mayor al final de la ceremonia, para la Foto de Familia de todos ellos juntos (porque de hecho para eso nos reuníamos) y luego cientos de fotos entre ellos, los más afines o con sus padres, hermanos y abuelos permitieron cerrar un acto, que a mí me pareció excelente porque venía a demostrar la perfecta salud y buena sintonía que hay en la Vida Parroquial de Salesianos.
Solo me queda felicitar al Párroco Pepe Villalonga, a toda la Comunidad, al cuerpo de Catequistas y a ese pequeño conjunto musical y coral que sincroniza perfectamente Vicente Ríos Torres que acompañó en todo momento la ceremonia con singular acierto.
Me pude retrotraer unos sesenta años y pensar como había cambiado todo en esta Parroquia, desde que yo llegué aquí hará exactamente seis décadas en Septiembre, como interno al Colegio que dirigía entonces D. Joaquín Cardenal y como estaba ahora.
La evolución ha sido acorde y en sintonía con el paso de los años.
Entonces me ganaron a mí y espero y deseo que dentro de sesenta años mis nietos Marta y Oscar, puedan vivir momentos tan emotivos y agradables como los que yo viví ayer, en esta misma Parroquia a ser posible.
Un saludo a todos mis amigos y conocidos con los que ayer tuve el gusto de compartir estas Confirmaciones y departir con ellos después de la ceremonia.
Hasta la semana que viene si Dios quiere, amigos.
