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El calzado militar de Segarra, protagonista de una exposición en Madrid

Bota militar de Segarra
Bota militar de Segarra
  • Se podrá visitar hasta el 19 de febrero en el Instituto de Historia y Cultura Militar

La historia de la Vall d’Uixó está íntimamente ligada a la de la familia Segarra y su empresa que cambió la historia de esta ciudad situada al sur de la provincia de Castellón.

Sus raíces se remontan al año 1882 cuando Silvestre Segarra Aragó abrió su taller de alpargatas en la Vall d’Uixó. De aquel pequeño negocio familiar nació un imperio que conquistó medio mundo, fabricando tanto calzado civil como militar, convirtiéndose en los mayores exportadores de zapatos y botas de España.

La Fábrica Segarra fue una de las empresas de España más importantes del siglo XX.

Su vinculación al ejército, siendo los proveedores del calzado militar, centra la exposición que acoge del 10 de enero al 19 de febrero el Instituto de Historia y Cultura Militar en Madrid, ubicado en el Paseo de Moret.

‘Marcando el paso: el calzado militar Segarra’ contará con más de 100 objetos diferentes entre fotografías antiguas, cuadros, documentación, pares de zapatos, material publicitario, uniformes militares, herramientas y útiles de los artesanos, recuerdos de la Fábrica Segarra como el reloj de las oficias o el pupitre de las escuelas, como ha contado la comisaria de la exposición, Mónica Ruiz, en una entrevista en Ràdio la Vall d’Uixó-Cadena Ser.


Para ello, han aprovechado el material de coleccionistas, aficionados y estudiosos.

A través de esta exposición, el Instituto de Historia y Cultura Militar quiere dar a conocer la Fábrica Segarra, que también cuenta con una cátedra en el CEU San Pablo que tiene como misión estudiar la historia de este proyecto empresarial vinculado a unos años fundamentales del pasado de los españoles.

Corría el año 1882 cuando el agricultor y alpargatero Silvestre Segarra Aragó fundó una pequeña fábrica de alpargatas dentro del casco urbano de la Vall d’Uixó, que comenzó con seis alpargateros. Con el apoyo de su mujer, Teresa Bonig, el negocio familiar creció hasta convertirse, ya en el siglo XX, en una empresa con más de cuatro mil trabajadores y tiendas en las ciudades más importante de España, una mercantil que en 1942 se transforma en Silvestre Segarra e Hijos S.A.

Bastante antes, en 1919, la familia Segarra ya era dueña de una gran empresa y construyó una nueva fábrica en la ciudad para después desplazarse a la carretera de Xilxes donde pudo ampliar su producción y crear el imperio empresarial que cambió la vida de la ciudad y que permitió que miles de familias emigraran desde todos los puntos de España para buscar un trabajo en este imperio del calzado de referencia mundial.

 

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