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Cullera ya paga las facturas a menos de 30 días

Cullera ya paga las facturas a menos de 30 días

    Por primera vez en su historia el Ayuntamiento de Cullera paga ya las facturas a menos de 30 días, el máximo legal que establece la ley para que las Administraciones públicas liquiden a sus proveedores.

    El concejal de Hacienda, Juan Vicente Armengot, avanzó durante el último pleno de noviembre, en el que se votó el presupuesto de 2019, que este 2018 el consistorio ha alcanzado el objetivo y tarda una media de 28 días en hacer frente a sus obligaciones.

    Visto en perspectiva, la cifra no es nada desdeñable puesto que el ayuntamiento cullerense se ha caracterizado históricamente por la acumulación de facturas en los cajones al no tener disponibilidad presupuestaria para satisfacerlas, lo que retrasaba considerablemente el pago.

    «Al inicio de la legislatura estábamos pagando a año y medio vista», recuerda el alcalde, Jordi Mayor, «y ha habido facturas que se han tardado años y años en pagar». De hecho, en 2012 las facturas en los cajones obligaron a pedir el rescate al Ministerio de Hacienda, lo que supuso la solicitud de créditos ICO que engrosaron todavía más la deuda y aún hoy se están pagando.

    Con este cumplimiento, el gobierno da por alcanzados todos los objetivos de la legislatura en materia de gestión de la economía municipal. «Hemos normalizado una situación económica que era un verdadero desastre», afirma Mayor.

    Precios a la baja

    Esto tiene repercusiones positivas de diversa índole. No solamente los proveedores cobran en tiempo y forma, sino que el ayuntamiento está en disposición de negociar precios a la baja. «Antes, cuando queríamos trabajar con un proveedor teníamos que pasar por el aro en el precio porque no teníamos poder de negociación. Pagábamos a precio de oro los servicios porque además nos cargaban los intereses en prevención de que tardarían tiempo en cobrar», explica el alcalde.

    «Ahora la situación es diametralmente distinta. Nosotros podemos negociar los precios a la baja, con el consiguiente ahorro para las arcas municipales. Esto nos hace ser más eficientes en la gestión de los recursos públicos», aduce Jordi Mayor.

    Para el primer munícipe «lejos quedan aquellas imágenes del Telediario en la que llegamos a ver a un pirotécnico a las puertas del Ayuntamiento diciéndole a toda España que no se le pagaba. Hemos pasado del bochorno de que nos tildaran de malpagadores a ser una Administración seria, cumplidora y con la que ahora los proveedores quieren trabajar».

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