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Las luces y sombras de la poeta Delmira Agustini centran una charla - coloquio del CeMaB

Las luces y sombras de la poeta Delmira Agustini centran una charla - coloquio del CeMaB
  • La catedrática de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Sevilla Trinidad Barrera impartirá mañana una conferencia coloquio, junto a sus homólogas de la Universidad de Alicante Carmen Alemany y Eva Valero

 

El Centro de Estudios Iberoamericanos Mario Benedetti de la UA organiza mañana jueves 24 de febrero a las 10 horas, en las instalaciones del CeMaB del campus (Facultad de Filosofía y Letras III) la Charla-coloquio “Delmira Agustini: luces y sombras de una poeta”, a cargo de Trinidad Barrera, catedrática de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Sevilla, a propósito de la publicación de su último libro, una antología de la obra de Delmira Agustini titulada “El Rosario de Eros” (Renacimiento, 2022).

La profesora Barrera dialogará con las catedráticas de la UA Carmen Alemany Bay y Eva Valero en torno a esta gran poeta uruguaya cuya escritura, inscrita en el Montevideo de fines del XIX e inicios del XX, evoluciona hacia una rotunda transgresión. El acto tendrá un formato presencial hasta completar aforo y se retransmitirá por Streaming UA a través del siguiente enlace: https://vertice.cpd.ua.es/263572.

Delmira Agustini

(Montevideo, 1886-1914) es una de las poetas más representativas de la poesía hispanoamericana del siglo XX. Admirada por su talento y por la sensualidad de sus versos, la prematura y trágica muerte que hace de ella toda una leyenda, no impidió que se publicaran tres poemarios que llamaron la atención de sus contemporáneos y que desconcertaron a la sociedad uruguaya de su tiempo. Elogiada por Rubén Darío que escribió el «Pórtico» de su libro Los cálices vacíos, y por otros intelectuales del momento, la retórica modernista en ella va dejando paso a una nueva visión del lenguaje erótico, la del deseo femenino, que chocó con los códigos tradicionales de su entorno y que fue creando una escuela entre las voces femeninas que retoman su legado. A partir de 1902, a los dieciséis años, empieza a publicar sus primeros poemas en la revista La Alborada. Al año siguiente, esta misma revista la invita a colaborar en una sección que ella misma bautiza con el nombre de «La legión etérea» y que firma con el pseudónimo de Joujou. En esta sección, Delmira se ocupa de hacer retratos de mujeres de la burguesía montevideana que sobresalen en lo cultural y/o lo social. En 1907 publica su primer poemario, El libro blanco (Frágil) que fue muy bien acogido por la crítica. En 1910 publica su segundo libro, Cantos de la mañana. Para entonces su prestigio como poeta es considerable e incluso llega a ser elogiada por Rubén Darío, a quien conoce en 1912 durante una visita de éste a Montevideo. En febrero de 1913 publica su tercer libro de poemas, Los cálices vacíos, poemario más abiertamente erótico que los anteriores, algo que provoca un escándalo social que luego pasa a la murmuración incesante en torno a la joven poeta y su atrevimiento. Los poemas resultaron especialmente escandalosos no sólo porque su autora fuera una joven soltera sino también, y sobre todo, porque en ese momento se consideraba impropio que la mujer fuera sujeto de deseo, es decir, podía ser únicamente objeto deseado. De allí lo excepcional de sus versos. En Los cálices vacíos, Delmira anuncia, en una nota «Al lector», que está preparando un nuevo poemario que se titulará Los astros del abismo y el cual considera será «la cúpula» de su obra. Estos poemas, los más oscuros y barrocos, fueron publicados póstumamente en la edición de sus Obras completas de 1924 bajo el título general de «El rosario de Eros».

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