La historia del valenciano que recorrió España a pie tras recibir 21 sablazos y balazos
Sucedió en un mes de julio de hace 214 años con un vecino de Xàtiva como protagonista
A veces la realidad supera la ficción y la historia está plagada de ejemplos y anécdotas de historias azarosas o casi milagrosas que son difíciles de creer.
Una de ellas es el caso de un valenciano de Xàtiva que recorrió media España a pie hecho un ecce homo tras recibir 21 sablazos y balazos tras una batalla y logró sobrevivir a todo ello.
Ocurrió hace ahora 214 años, un 26 de julio de 1809, en plena Guerra de la Independencia contra las tropas francesas.
Antonio Chover Sánchez nació en 1778 en Xàtiva, la ciudad ‘socarrada’ que en esos momentos todavía mantenía el nombre de San Felipe, como le fue impuesto por Felipe V tras su histórica derrota contra las tropas borbónicas en la Guerra de Sucesión.
Chover participaba como sargento de Caballería dos días antes de la batalla de Talavera de la Reina cuando se encontró durante una patrulla con un oficial francés, con quien entabló batalla y acabó con su vida, perdiendo, eso sí, una oreja y recibiendo otro sablazo más en el cuerpo durante el combate.
Sin embargo, esta ‘victoria’ le costó cara, ya que otros oficiales franceses lo rodearon y masacraron. Un disparo en el pie, graves heridas en la cabeza, sablazos en la cabeza y la espalda, las piernas o los brazos fueron algunos de los golpes que sufrió. En total, 21 heridas de sable y de bala.
Según su hoja de servicios, permaneció dos días entre los muertos y después logró huir, ayudado por otro soldado herido que lo encontró, escondiéndose en un pueblo cercano.
Al abandonar los franceses este pueblo que habían ocupado, los vecinos lo auxiliaron, cuidando sus heridas solo con el ‘remedio’ de sal y vinagre durante 43 largos días.
Aquí es donde empieza el periplo de este valenciano que lo hizo famoso y por el que da nombre incluso a un museo militar en la actualidad: Chover decidió por si solo encaminarse hacia Sevilla por montañas y sendas extraviadas lleno de heridas, y lo consugió.
Allí los médicos lo atendieron sorprendidos ante el milagro de que siguiera vivo después de este periplo, con 21 graves heridas por todo el cuerpo y tras haber recorrido solo y a pie más de 350 kilómetros bajo el sol.
Eso sí, por sus secuelas tuvo que ingresar después en la Caja de Inválidos de Xàtiva, donde más tarde se casó.
