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El silenciamiento terapéutico de una proteína reduce la posibilidad de fallo hepático de donantes mayores en trasplantes

El silenciamiento terapéutico de una proteína reduce la posibilidad de fallo hepático de donantes mayores en trasplantes
  • El silenciamiento de la proteína MCJ se posiciona como una nueva terapia para evitar el fallo hepático tras una isquemia-reperfusión en modelos de síndrome metabólico y envejecimiento

  • El estudio, donde participa el Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV, CSIC) ha sido publicado en la revista internacional ‘Hepatology’, una de las de mayor impacto en su área

El trasplante de hígado es el único tratamiento curativo para la insuficiencia hepática aguda y la enfermedad hepática terminal. Dado que su principal limitación es la escasez de órganos disponibles, en las últimas décadas se ha realizado un esfuerzo importante para ampliar los criterios para el uso de órganos, incluyendo aquellos procedentes de donantes de edad avanzada o de fallecimientos por muerte cardíaca.

Además, se han puesto en marcha estrategias destinadas a mejorar la calidad de estos órganos y a reducir el riesgo de su mal funcionamiento tras el trasplante. Sin embargo, a medida que la esperanza de vida y la prevalencia de la obesidad y la enfermedad del hígado graso no alcohólico (HGNA) han aumentado rápidamente en la población general, también se ha incrementado la incidencia de donantes con hígados esteatósicos. La relación entre este tipo de donantes y los resultados del trasplante hepático se ha asociado con una mayor tasa de disfunción temprana del órgano.

Ahora, un estudio liderado por el laboratorio de Liver Disease de la investigadora Malu Martínez Chantar (CIC bioGUNE y CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD) ha caracterizado los efectos del silenciamiento de la proteína MCJ en modelos preclínicos de isquemia y reperfusión y regeneración hepática. El trabajo se ha centrado en animales comprometidos metabólicamente, con hígado graso y envejecimiento, como ocurre hoy en día en la clínica del trasplante hepático.

En general, el silenciamiento especifico de MCJ en el hepatocito aumenta la producción de ATP (compuesto esencial para la obtención de energía en las células) y, por tanto, evita el característico agotamiento mitocondrial. De esta manera, se mejora el deterioro de la regeneración y se reduce la susceptibilidad a la isquemia de los órganos “marginales” (hígados esteatósicos o procedentes de donantes de edades muy avanzadas), haciéndolos aptos para la cirugía hepática y el trasplante de hígado asegura la Dra. Martínez Chantar.

“Esta molécula abre una ventana terapéutica aun sin explorar para su uso en el trasplante hepático”, comenta Naroa Goikoetxea-Usandizaga, investigadora del laboratorio Liver Disease en CIC bioGUNE y primer firmante de este trabajo.

Participación del IBV-CSIC

En este trabajo han participado especialistas de otras entidades, entre las que se encuentra la investigadora del Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV, CSIC) Marta Casado. La Unidad de Patología Metabólica Experimental del IBV, en colaboración con el grupo de Paloma Martín Sanz del Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols (CSIC-UAM) que también colabora en este estudio, trabaja en la caracterización del papel de la enzima ciclooxigenasa 2 (COX-2) en la fisiopatología hepática, estudiando su papel protector frente al daño por isquemia y reperfusión y el progreso de la lesión.

En el trabajo publicado en Hepatology, el grupo del IBV-CSIC aportó la experiencia en los modelos de isquemia y reperfusión en ratones. “El trasplante hepático es el tratamiento estándar para los pacientes con enfermedad hepática en fase terminal e insuficiencia hepática irreversible”, explica Marta Casado, “pero nos enfrentamos a una escasez cada vez mayor de órganos disponibles. Por ello, el mayor uso de órganos marginales en los últimos años ha ido acompañado del interés por desarrollar estrategias para optimizar el estado de los órganos disponibles durante el periodo de preservación”.

El grupo de Martínez Chantar en el CIC bioGUNE y el del IBV-CSIC colaboran en la búsqueda de estrategias innovadoras para la protección de los órganos con el fin de ampliar el conjunto de donantes y lograr mejores resultados en el trasplante. “El trabajo en el que colaboramos apunta a que la proteína MCJ podría convertirse en un medio para obtener el tan ansiado balance entre órganos que se necesitan y los órganos que están disponibles, permitiendo así el uso exitoso de hígados de donantes con criterios extendidos”, finaliza Marta Casado.

Colaboraciones

En esta investigación también han participado Marta Varela (CIC bioGUNE); Jon Mabe (Tekniker); Jordi Gracia (IDIBAPS); Óscar Lorenzo (Fundación Jiménez Díaz-Universidad Autónoma de Madrid); Paloma Martín-Sanz (Instituto de Investigaciones Biomédicas-IIB); Alberto Sols (CSIC-UAM); Nicola G A Abrescia (CIC bioGUNE); Guadalupe Sabio (Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares-CNIC); Mercedes Rincón (University of Vermont); Juan Anguita (CIC bioGUNE); Eduardo Miñambres (Marqués de Valdecilla University Hospital-IDIVAL); César Martín (Universidad del País Pasco-UPV/EHU); Marina Berenguer (Hospital Universitario y Politécnico La Fe); Isabel Fabregat (University of Barcelona, L’Hospitalet e Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge-IDIBELL); Carmen Peralta (Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer-IDIBAPS), y otros investigadores de estas instituciones.

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