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La transformación de l'Horta de Valencia es la protagonista del nuevo libro del Magnànim

La transformación de l'Horta de Valencia es la protagonista del nuevo libro del Magnànim
  • La editorial de la Diputació de València publica En el fons, la terra. L’Horta en la memòria, de Joan Dolç, que refleja una economía, unas formas de vida y un paisaje que conformó la cultura valenciana hasta los años 60

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La transformación de l'Horta de Valencia es la protagonista del nuevo libro del Magnànim - (foto 2)
La transformación de l'Horta de Valencia es la protagonista del nuevo libro del Magnànim - (foto 3)

La Institució Alfons el Magnànim-Centre Valencià d’Estudis i d’Investigació, dependiente de la Diputació de València, acaba de publicar el libro En el fons, la terra. L’Horta en la memòria, escrito por Joan Dolç, el primer número de la nueva colección ‘País’, que dirige Francesc Pérez Moragón. De carácter interdisciplinar, la publicación recoge textos ilustrados sobre cuestiones históricas, sociales o culturales de este paisaje valenciano e incluye fotografías, del mismo autor y de archivos diversos, relacionadas con el contenido del texto. La nueva colección se presenta en un formato muy práctico, un diseño atractivo y un precio muy adaptado a grandes públicos.

La presentación tendrá lugar el miércoles 17 de enero a las 19 horas en el Centre Cultural-La Beneficència con la participación del autor Joan Dolç, el director de la colección Francesc Pérez Moragón, y el director del Magnànim Vicent Flor.

En el fons, la terra toma como punto de partida los primeros años de la vida del autor, que transcurrieron en l'Horta Nord, junto al Carraixet, un mundo anclado en el tiempo, aislado, sin iluminación (ni contaminación lumínica, por lo tanto) y autosuficiente. Y, más allá del testigo personal, Dolç recrea y hace el balance de un ecosistema natural y social —una economía, unas formas de vida, un paisaje—, que conformó a lo largo de los siglos buena parte de la cultura valenciana, y que justo en aquel momento iniciaba su declive definitivo. De aquí el subtítulo de la obra: l'Horta en la memoria.

El libro es un ejercicio literario que juega con la cronología para incluir acontecimientos pasados y futuros en una narración de carácter autobiográfico que aparentemente alcanza solo un lustro. Esto permite al autor explicar desde dentro la transformación de un mundo secular en decadencia. Lo hace mediante la mirada subjetiva, pero también hace uso del apunte histórico, de la descripción antropológica, de la observación de carácter sociológico y de abundantes reflexiones sobre el paso del tiempo y el valor de la memoria.

Sin perder la perspectiva de un momento concreto, Dolç se pasea por el tiempo como quien se pasea por un laberinto arquitectónico. No estamos delante, no obstante, de una obra experimental, sino de una prosa abierta y transparente, a menudo naif, pero informada. Es la prosa de un niño de cinco años que se expresa a través de los ojos y la conciencia de un adulto. La de quien navega entre la nostalgia y la mordacidad, trata de esquivar la melancolía, pero no puede evitar ser lúcida y cargada de socarronería hacia el viejo mundo que observa retrospectivamente y también hacia el nuevo que lo ha sustituido.

Forma parte de la obra un conjunto de fotografías relacionadas con los hechos narrados y sus malogrados escenarios, de las cuales mayoritariamente es autor el mismo Dolç, que durante muchos años ha ejercido de fotógrafo y documentalista para el cine, la televisión y los circuitos culturales (fundaciones, museos y salas de exposición).

El autor

Joan Dolç nació el 1956 en Alboraya, l'Horta de Valencia. Se inició en la literatura en la década de los ochenta, cuando empezó a publicar novelas que mezclaban un humor descabellado con las convenciones del género policial. Eran historias en que convergían un ruralismo cada vez más anacrónico, del cual él procede, y una industrialización que nunca acababa de cuajar.

Después de un periplo profesional que lo alejó mucho de aquel entorno y aquellos temas, Dolç vuelve ahora con unas memorias peculiares que juegan con el tiempo y, de vez en cuando, toman forma de ensayo literario para dar forma a una visión vitalista y a la vez crepuscular del paisaje y su infancia, que considera definitivamente perdidos.

 

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