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Los servitas prestan atención “religiosa y humana, de escucha y cercanía” a enfermos crónicos en hospitales valencianos

  • Adelantan a hoy la fiesta de sus “Siete Santos Fundadores” al coincidir mañana con el Miércoles de Ceniza

Los religiosos Siervos de María, conocidos como servitas, presentes en la diócesis de Valencia en las localidades de Mislata y Denia, que ofrecen “atención religiosa y humana, de escucha y cercanía” a enfermos crónicos, han trasladado a hoy, martes, la celebración de la festividad litúrgica de los “Siete Santos Fundadores” de la orden, el 17 de febrero, al coincidir este año con el Miércoles de Ceniza.

Por este motivo, “las comunidades de la rama masculina de los servitas, en Dénia y en Mislata, celebraremos hoy misas dedicadas a los fundadores”, y en el caso de Dénia, además, la parroquia San Antonio de Padua, regida por los servitas, acogerá el domingo, 21 de febrero, la misa solemne, a las 11 horas, precedida por el triduo, los días 18, 19 y 20, ha indicado José Correcher, superior provincial de la Orden y vicario parroquial.

También celebrarán hoy la fiesta las religiosas de la rama femenina, presentes en el monasterio de Santa Ana de Sagunt, y las comunidades de la congregación Mantellate Siervas de María en Valencia, Alfafar y Alcàsser porque “aunque fueron fundadas por terciarias servitas, con festividades litúrgicas propias, todos estamos unidos por la espiritualidad de la Orden y la celebración de los santos fundadores”, ha destacado.

La Orden de los Siervos de María fue fundada en 1233 en Florencia por los “Siete Santos Fundadores”, que fueron canonizados por León XIII en 1888.

Las visitas a los enfermos crónicos, “una puerta al diálogo”

Los frailes servitas están presentes en Dénia desde 1948 y allí cuentan con una comunidad con tres religiosos, dos de los cuales son capellanes de enfermos en el Hospital de Atención a pacientes Crónicos y de Larga Estancia (HACLE) de La Pedrera, en Dénia, un centro de la red de hospitales públicos de la Conselleria de Sanidad.

Esta labor “conlleva una atención religiosa y humana que ahora es más importante que nunca puesto que los enfermos no pueden recibir visitas de los familiares y somos, junto con el personal sanitario y los psicólogos, las únicas personas con las que tienen contacto, por tanto, estas visitas son una puerta al diálogo, a conocer al enfermo y a su familias, a la cercanía”, ha señalado Correcher, que es uno de los capellanes.

Además, “estamos disponibles, con todo el respeto, para creyentes y no creyentes y para los que profesan otras religiones; para los que piden una escucha religiosa y para los que simplemente necesitan compañía, porque aunque no pidan los sacramentos sí quieren la presencia de un sacerdote para rezar o escucharles”, ha señalado.

En estas visitas, que se realizan “con todas las medidas de seguridad para evitar el contagio por la pandemia, siempre trasladamos un mensaje de ánimo frente a la enfermedad”, según Correcher. Las peticiones llegan por parte de los propios enfermos, sus familias o los psicólogos, con los que trabajan de forma coordinada.

Se trata de pacientes procedentes de los hospitales de Alcoi, Benidorm, Xàtiva y Gandia, algunos de ellos extranjeros residentes, “y son enfermos de larga estancia, muchos de avanzada edad, que reciben cuidados paliativos, con tratamiento por cáncer o personas parapléjicas que llevan mucho tiempo hospitalizados y no reciben visitas, ahora por la pandemia pero, de normal, porque sus familias viven lejos y no pueden desplazarse”.

Los servitas de Mislata, capellanes en el Peset y el Doctor Moliner

La diócesis cuenta con otra comunidad servita con tres religiosos, dos de ellos sacerdotes, en Mislata, donde también hay seis servitas, estudiantes de Teología -de Mozambique, México e Indonesia- que se están preparando para el sacerdocio.

De esta comunidad de Mislata, los dos religiosos sacerdotes son capellanes en el Hospital Doctor Peset de Valencia, en el Cementerio Municipal y en el Hospital Doctor Moliner, de atención a pacientes crónicos y de larga estancia, en Porta Coeli (Serra).

Además, los frailes servitas de Mislata “mantienen el carisma vivo” en el monasterio Nuestra Señora al Pie de la Cruz de la misma localidad, que fue regido por las servitas desde después de la Guerra Civil y hasta 2010, año en el que las religiosas de vida contemplativa se trasladaron al monasterio de Santa Ana, en Sagunt, fundado en 1489.

En España, la rama masculina de la orden religiosa también está presente en Madrid y en Plasencia (Cáceres), donde rigen el santuario de Santa María Virgen del Puerto. Por su parte, la Federación Monástica Española de las Siervas de María comprende los monasterios de la Dolorosa, en Madrid, y de Santa Ana, en Sagunt.

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