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El Papa concede un Año Santo Jubilar a la parroquia de Quartell

    El papa Francisco ha autorizado Año Santo Jubilar con la concesión de indulgencia plenaria “para los fieles que asistan devotamente a las celebraciones marianas, a las sagradas peregrinaciones y a los demás ejercicios piadosos, hasta el 5 de mayo de 2016, en la parroquia Santa Ana, de la localidad valenciana de Quartell”, con motivo del 75 aniversario de la veneración de su imagen de Nuestra Señora de los Desamparados, “cuya maternal invocación ha protegido siempre al pueblo cristiano contra todo peligro”, según consta en el decreto hecho público por la Santa Sede.

    La decisión de la Santa Sede fue anunciada ayer tarde en Quartell por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, que realizó la petición a propuesta del párroco, Francisco de Borja Lloréns.

    En el decreto se hace constar que “la Penitenciaria Apostólica por mandato del Santísimo Padre, el Papa Francisco, concede la Indulgencia plenaria, con las condiciones acostumbradas (confesión sacramental, comunión eucarística y Oración por las intenciones del Romano Pontífice) a los fieles que, verdaderamente arrepentidos y movidos por la caridad, deseen ganarla, si visitan en peregrinación la parroquia de santa Ana de Quartell y allí, participando en algún rito litúrgico jubilar o ejercicio piadoso, participen devotamente al menos ante una imagen de Nuestra Señora de los Desamparados, recen a Dios durante un espacio de tiempo conveniente, por la constancia del pueblo de Valencia a su vocación cristiana, pidiendo por la vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa y por la defensa del matrimonio, concluyendo con el Padrenuestro, el Credo e invocaciones a la Bienaventurada Virgen María”.

    En el caso de “los fieles, impedidos por la ancianidad o una grave enfermedad”, la autorización pontificia prevé que “podrán ganar Indulgencia plenaria si, con la conciencia de aversión al pecado y con el propósito de abandonarlo cuanto antes, a las tres condiciones cumplimentadas ante alguna pequeña imagen de la celestial Patrona, se une espiritualmente a los ejercicios jubilares o a las peregrinaciones, ofreciendo la oración y los propios dolores a la misericordia de Dios por medio de María”.

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