El Doctor Moliner comienza a realizar sesiones regulares de Musicoterapia a pacientes y cuidadores
Se trata de un tratamiento terapéutico que se lleva a cabo mediante la música
La Musicoterapia es un medio para conseguir objetivos como relajación o autoestima
Es una vía por la que el paciente o el cuidador se pueden comunicar, incluso entre sí
La Musicoterapia puede ser definida como la utilización de la música para conseguir unos objetivos terapéuticos: la restauración, mantenimiento y mejora de la salud mental y física. La música se aplica de forma sistemática y es dirigida por un musicoterapeuta profesional y en un contexto terapéutico, con el fin de facilitar cambios en la conducta.
Carina Asensi, violoncellista, y Ana Alegre, licenciada en Psicología y Piano, realizaron el pasado año el Máster oficial de post-grado en Musicoterapia. La fase práctica de esta titulación, realizada en el propio Hospital Doctor Moliner, les ha permitido aplicar sus conocimientos y la puesta en marcha de un proyecto en común dirigido a que tanto los pacientes –de los que se encarga Ana- como sus cuidadores –en quienes realiza su actividad Carina- alcancen un aumento de su calidad de vida, relajación, disminución de la ansiedad, apertura de nuevos canales de comunicación o mejora de la autoestima.
Diferentes necesidades
Los pacientes tratados con Musicoterapia en la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Doctor Moliner “tienen características muy diferentes y se sigue el consejo del equipo médico sobre aquéllos que se podrían beneficiar más de la Musicoterapia cada día”, señala Ana Alegre, quien añade que las técnicas utilizadas “se adaptan a sus necesidades y a la situación de cada momento, siendo las más comunes la improvisación del paciente con instrumentos de pequeña percusión (maracas, sonajas, djembé, chas-chas, ocean drum, cascabeles), es decir, instrumentos que cualquier persona, sin tener conocimientos de música, puede tocar con facilidad, y son acompañados por la musicoterapeuta con el teclado o la guitarra”.
La voz también tiene una importancia muy especial tarareando o con letra. Estas improvisaciones “pueden tener un tema propuesto, que tenga que ver con el paciente, como por ejemplo un lugar conocido por él, donde le guste estar, o bien, ser libres y dar pie a comentar los sentimientos surgidos durante la improvisación. También se pueden cantar canciones conocidas por el paciente interpretándolas en directo, componer canciones nuevas con los temas que le preocupen o realizar dedicatorias musicales para sus seres queridos. En definitiva: disfrutar, recordar y tener autonomía tocando y escuchando en unos momentos en los que parece imposible el acto creativo”, explica Ana Alegre.
A su vez, Carina Asensi manifiesta que el objetivo que se pretende alcanzar en cada uno de los cuidadores “es diferente, ya que cada persona presenta unas necesidades”. Tras la detección de esas necesidades, basada en un análisis de la realidad de cada participante mediante la entrevista previa a la intervención, la observación y la escucha, se persigue en los cuidadores cinco aspectos: 1- Fortalecer la conciencia de identidad y de autoestima. 2- Disminuir la sensación de estrés. 3- Facilitar la expresión emocional a través de la comunicación no-verbal. 4- Compartir emociones a través de la expresión mediante el movimiento. 5- Facilitar la expresión de las emociones para ayudar a disminuir el sufrimiento.
Beneficios
La música es un arte que tiene el poder de despertar los sentimientos. Con la Musicoterapia se ofrece una vía complementaria nueva por la que el paciente o el cuidador se pueden comunicar, incluso entre sí.
En el caso de los cuidadores, “el que se dejen llevar y se permitan a ellos mismos sacar los sentimientos que llevan dentro, ya es un cambio para mejor, pues muchas veces reprimen todas esas emociones, debido a la situación en la que se encuentran”, manifiesta Carina Asensi.
Con ellos, “lo que pretendo conseguir es que se sientan mejor, que canalicen y expresen sus emociones a través de la música y que el tiempo de la sesión sea tiempo para ellos, donde puedan sentirse bien, relajarse y animarse”.
Asimismo, para Ana Alegre “el mayor beneficio que consigue la Musicoterapia es que a través de la música se llega directamente a la parte más emocional del ser humano”. Y esa vía directa a los sentimientos es una oportunidad para ayudar a mejorar la calidad de vida del paciente en todos los demás ámbitos: físico, psicológico, espiritual…
