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Los toreros de Antonio Tomás en el Museu de l’ aigua de Quartell

Los toreros de Antonio Tomás en el Museu de l’ aigua de Quartell

    El Museo Taurino de Valencia muestra estos días en Quartell la exposición pictórica itinerante de Antonio Tomás.

    La muestra que contiene pintura y grabados del artista valenciano se puede visitar en el Museu de l’aigua de Quartell hasta el 12 de julio.

    Los toreros de Antonio Tomás miran al espectador desde más allá de sí mismos. Son figuras sin ojos y prácticamente sin rostro. Envueltos en sus capotes de paseo, se presentan como personajes a punto de enfrentar, por propia voluntad, un momento trágico.

    Todos iguales en su concentración, hieráticos y monolíticos. Todos diferentes y, sin embargo, todos iguales. Porque en estos óleos y grabados no están representados distintos hombres sino el arquetipo del torero. El artista ha sabido leer sus almas. Y por eso sus maestros son la representación solemne de un semidiós de la antigüedad, un ser capaz de mirar a la muerte a la cara, de enfrentarse a ella y aceptar su destino.

    Mirar en el interior de las personas, de los paisajes, de su entorno. Pintar el alma del torero y el alma de la huerta, el espíritu de los jardines y el misterio escondido del fondo del mar. Investigar en las formas para analizar los contenidos. Esa ha sido la obsesión de Antonio Tomás, pintor, dibujante y grabador.

    Antonio Tomás ha enseñado a varias generaciones de artistas a mirar, a buscar más allá de la superficie y a expresarse a través de las diversas técnicas de estampación que se han desarrollado desde el final de la Edad Media.

    El artista también ha trasladado sus investigaciones a sus clases y, de todas ellas, la que posiblemente resulte más singular y reconocida es la técnica que él ideó y denominó “puzlegrabado” que consiste en grabar, no a partir de una única plancha como es tradicional, sino utilizando diferentes piezas sueltas.

    El resultado son piezas únicas e irrepetibles que él trabaja formando series y construyendo de este modo variaciones sobre un mismo tema. Son bien conocidos sus bodegones realizados a partir de esta técnica que introdujo en los años ochenta y de la que se siente orgulloso inventor. Aunque lo que más le satisface es que, desde la facultad, ha creado una generación de artistas grabadores que han incorporado a su modo de expresión este modo de construir grabados singulares.

    Antonio Tomás inició su trabajo en la Facultad de Bellas Artes de la UPV en el año 1978 y solo se jubiló cumplidos ya los setenta años. Han pasado ya unos cuantos desde entonces y sigue hablando de su trabajo en las aulas universitarias con pasión.

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